El Bicentenario ha dado cabida a diferentes análisis acerca de los discos y canciones más importantes de nuestra historia, y si hay un nombre que se repite entre la audiencia es 'La voz de 80’, una canción insigne que representó a toda una generación en una época intransigente con la juventud.
Uno de estos jóvenes, marcado por la falta de espacios y oportunidades, fue justamente Claudio García, líder de Los Miserables quien vio en cada una de las canciones de este disco que los prisioneros editaron en 1984 un reflejo fiel de sus sentimientos, pensamientos y realidad.
Varias veces ha expresado que considera a éste como el registro esencial del rock chileno y también como su favorito. Fueron estos elementos los que incitaron a la banda oriunda de la comuna de El Bosque a arriesgarse re versionando este clásico muy querido por los chilenos.
Para suceder el notable “Alegría y Subversión” de 2009, Los Miserables se dieron el lujo de tributar a una de sus bandas predilectas, con la aprobación total de Jorge González, quien habría quedado muy contento con el resultado final del trabajo. Y lo cierto es que se hace muy agradable escuchar estas canciones, que son parte del inconsciente colectivo, con la fuerza y energía del toque punk rock y el sello característico del insigne grupo.
El disco posee una muy buena calidad de sonido y se puede transformar en el entremés ideal, a la espera de un nuevo lanzamiento con temas originales del grupo que durante 2010 cumplió 20 años de existencia. Nuevos bríos que resucitan de muy buena manera temas como ‘Brigada de Negro’, ‘Eve-Evelyn’, ‘¿Quién mató a Marilyn?’, ‘Mentalidad televisiva’, ‘Nunca quedas mal con nadie’, y todo el resto de canciones que todos podríamos cantar de memoria al unísono.
El trabajo se ciñe casi por completo al sonido original del disco y las versiones se modificaron muy poco: en algunas ocasiones se incorporaron arreglos; se aceleró el ritmo y las letras se actualizaron (Obama y Paris Hilton son citados en ‘Latinoamérica es un pueblo al sur de Estados Unidos’). A pesar de ello, se logra dar una personalidad más rockera y un tanto más radical si se quiere en algunos casos. Es lo que queda plasmado en ‘Sexo’, muy cargada al ska, y ‘Nunca quedas mal con Nadie’ con sus guitarreos introductorios.
Queda claro que las intenciones de Los Miserables fueron demostrar la importancia del legado de Los Prisioneros para la música chilena en general y en particular para el punk, entregando una muy buena lectura del inmortal cassette que marcó a todo una generación. Desde está perspectiva, el trabajo cumple muy bien con su objetivo.
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