viernes, 3 de diciembre de 2010
LAS 27 HORAS DE ENGAÑO
En 1978, nace una idea aparentemente altruista y alejada de las contingencias: un conocido animador de TV, fanático libremercadista, «descubre» que los niños «discapacitados» de nuestro país se encuentran en el más completo abandono, que el Estado los ignora y sólo aquellos enfermos adinerados pueden financiar su recuperación. Para enfrentar esa triste realidad, el aludido bufón jázaro-semita, autodenominado «Don Francisco», decide copiar una idea que ya se materializaba en EE.UU. y era animada en ese país por un «actor» ligado a las mafias de sus tierras, el también judío Jerry Lewis.
La fórmula consistía en invitar a las más importantes empresas del país para que traspasaran a la entidad que se creara para administrar el tema, una parte de las ventas de un determinado período, todo ello con un apabullador aporte publicitario con un directo ataque a las emociones más primitivas del ser humano. El evento final se comprometía a ser transmitido en cadena nacional de TV con la participación de todos: animadores, actores, futbolistas, vendedores de diarios, taxistas, empresarios, etc. Y, desde luego, se «invitaba» a toda la población a donar dinero a la causa.
Hoy en día, los saltimbanquis de siempre se pelean a fuego limpio un lugar destacado en la exhibición. Y los politicastros de turno suspenden sus reuniones de coimas o entregas de país y también acuden en semejantes momentos a lavar su imagen.
ANECDOTARIO OCULTO DE LA TELE$IÓN («Teletón» para los incautos)
Partamos recordando que los servicios de la «Teletón» son pagados y mucha gente no puede acceder porque es muy caro. Ha habido numerosas denuncias en la televisión. Entonces, ¿qué se hace con los millones recaudados en las sucesivas «27 horas de amor»?
Algunas anécdotas nos pueden dar luces. En la primera «Teletón» que se hacía en Chile, un columnista de la página editorial de El Mercurio, Daniel de la Vega, aportaba 60 millones de pesos, pero se llevó la sorpresa cuando al anunciar su aporte en pantalla dijeron que era de ¡30 millones! Llamó al Canal y exigió que Kreutzberger se pusiera al teléfono. Le explicaron que estaba en escena y que era imposible, pero el columnista dijo que si no hablaba con él retiraría su aporte, dejando nulo el cheque. Al rato, «Don Francisco» salió al habla tratando de apaciguarlo, diciéndole finalmente que al lunes siguiente le darían explicaciones personales.
Efectivamente apareció una comisión de 3 ó 4 judíos que le «explicaron» que los gastos de la «Teletón» estaban calculados en 50% de lo recibido por lo que en pantalla se mencionaba sólo el 50% efectivo. De la Vega lo relató en su columna, así que es fácil verificarlo dándose el trabajo de revisar los diarios de los días siguientes a la primera «Teletón». El asunto es sencillamente una frescura: en Estados Unidos, donde el también judaico Jerry Lewis inició este timo, el asunto terminó en un escándalo de proporciones, tras rebelarse que la mitad de los recursos incautados terminaba en las arcas fiscales del flamante Estado de Israel.
La iniciativa siempre ha sido poco transparente, ya que la exacta distribución de los fondos es un misterio. Todos suponen que todo el dinero va a la Sociedad Pro Ayuda al Niño Lisiado, conocida como «Teletón». Pero cómo se distribuyen los fondos allí es un misterio. Un «desapercibido» reportaje de la revista Qué Pasa (edición del 15 de septiembre de 1995) señaló que la distribución de los fondos de este fraude es como sigue (desde luego, se refieren a la distribución de sólo la mitad de los millones robados a los ingenuos, la que se queda en Chile, no la que «viaja» a Israel):
Un 30% destinado a costear la terapia de los niños impedidos.
Otro 30% se destina a construir nuevos centros de tratamiento, o, si no se hace, a lo anterior. Todo «normal» hasta el momento.
Un 10% es destinado a contratar a la agencia de publicidad y realizar la campaña para la próxima «Teletón». O sea, todos deben ser donantes generosos, menos las agencias de publicidad. Tome una guía cualquiera de teléfonos y vea de quiénes son estas agencias.
Un 25% de los fondos se destina a pagar a los animadores y “artistas” de cuarta calaña que participan en la Teletón. Son los mismos que pregonan durante un mes la generosidad hacia los mal dotados por la Naturaleza.
Lo más insólito de todo: un 5% de los fondos va directamente al bolsillo del millonario Mario Kreutzberger, “Don Francisco”. Esto significa, por ejemplo, que en la «Teletón» 2000, donde se recaudaron $6.772.445.028, «Don Francisco» obtuvo la suculenta suma de $338.622.252, mayor que muchos pozos del Loto, sólo por 27 horas de trabajo.
¿Necesita de su solidaridad «Don Francisco», socio del Grupo Calderón (propietario de Ripley, Johnson’s Clothes, entre otras), dueño de Americatel y accionista minoritario de Entel Chile?
LAS 27 HORAS DE ENGAÑO
Algunos se preguntan, ¿Por qué en el mediodía del día sábado vamos tan bajo en la cifra recolectada, y cómo, en la Teletón pasada (2008), entre las 22:00 y la 1:00 de la madrugada aparecieron mágicamente 3.000 millones de pesos? La respuesta no es que hay en ese momento colas inmensas de gente con sacos y fardos de billetes, ansiosas por cooperar con la «Teletón». La verdad es una sola: las cifras de la «Teletón» son sistemáticamente falseadas. Durante el día sábado, el Banco de Chile, por un convenio de marketing, se dispone a reducir la recaudación aparente de la cuenta 24.500-03, depositando todo el dinero, pero asignando porcentajes falsos de sucursal por sucursal. Luego, esos dineros aparecen mágicamente entre las 22:00 y la 1:00 AM del domingo.
Esto es así sólo para provocar la reacción obvia: que los charlatanes animadores puedan decir que «no van a alcanzar la meta» y, por ese camino, manipular a la gente que no ha donado o no lo piensa hacer, para que deposite dinero.
Otra cosa es que debido a la masiva propaganda y a 27 horas de idiotización sin posibilidad de escape, ya que todos los canales están obligados a dar la señal conjunta de la «Teletón», la gente tiende a pensar que la «Teletón» es la sociedad de ayuda más importante que existe y por ende, la única de real importancia. Esto ha traído como consecuencia locuras como destinar un porcentaje del P.I.B. nacional a la «Teletón», el cual bien podría destinarse a los sectores más pobres de nuestro país. Mientras miles de chilenos dejaron en caja 6.500 millones de pesos para atender a casi 20.000 niños «discapacitados», en los centros de rehabilitación de la «Teletón», el Estado sólo entrega 2.100 millones de pesos anuales, al Fondo Nacional de la Discapacidad (Fonadis), para atender, en teoría, a más de un millón de discapacitados.
La «Tele$ión» no es más que un lucrativo negocio. ¿Usted cree que cada empresa que se pone en la «Teletón» se pone por caridad? ¿Usted cree que las empresas donan porque la causa de la «Teletón» es bonita? No, lo hacen para aumentar sus ventas. Según un estudio hecho por la consultora Nilo, un 65% de la gente cambia su marca preferida por la marca que está en «Teletón». Y, para colmo, existen grandes negociados entre la Fundación «Teletón» y las compañías por el uso de esta marca. Es así como la «Teletón» escoge a las marcas que son capaces de pagarle más dinero para luego ser éste distribuido como se dice anteriormente.
LO CONCRETO
Enumeremos ahora los efectos concretos que provoca la «Teletón»:
Como show farandulero sólo ayuda a los decadentes y oportunistas cantantes y actores.
Ayuda a promover el consumismo exacerbado de artículos sin importancia.
Limpia la imagen de políticos y empresarios inescrupulosos que creen que el aparecer en cámara con un «minusválido» es signo de «honradez».
Lo peor de todo: esta Tele$ión se roba la mitad de los recursos para subsidiar a un estado parásito, “madre patria” de aquellos que a su vez, se autopagan con millones de pesos ganados con el sudor de la frente de los chilenos.
Chile necesita niños fuertes y sanos. Gente pobre, de poblaciones marginales, necesita ayuda igual o superior a la que reciben estos «minusválidos». Que nuestro aporte sea en rescatar al futuro de la Patria que se pierde día tras día en la marginalidad y la delincuencia.
EL VERDADERO «DON FRANCISCO»
Las anécdotas sobre la conducta amoral de Kreutzberger son un secreto a voces en el siniestro ambiente televisivo.
¿Recuerdan cuando comenzaron los rumores de políticos en la red [de pedofilia] de Spiniak? La versión dada a conocer al aire en el programa radial «La gran mañana interactiva» de Radio Agricultura al otro día del escándalo desatado por Pía Guzmán fue la siguiente, en la voz del director del área de Prensa de la estación radial, Alejandro De la Carrera:
«Se habla de dos senadores de la Alianza por Chile, otro de la Democracia Cristiana “y de un destacado animador de televisión, empresario y famoso emprendedor de obras de caridad”.
Textual. ¿Les suena conocido? Fue la única vez que a alguien se le escapó alguna insinuación. Pueden revisar los registros de la emisora del día siguiente a la denuncia de Pía Guzmán. Más increíble aún es constatar que Kreutzberger, Don Francisco, fue quien financió y trajo desde EE.UU. al periodista de escándalos Víctor Gutiérrez, luego de que éste revelara los abusos sexuales a menores del cantante Michael Jackson. Kreutzberger pagó su costosa defensa y lo protegió de la justicia estadounidense. De esta manera, Víctor Gutiérrez quedó hipotecado al comunicador judío.
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