EL PAISAJE SALVAJE

Dentro de la creciente escena rockera nacional, son pocas las bandas que muestran una evolución tan sostenida y tantos avances en su música como lo hace Fother Muckers. El cuarto LP del grupo los encuentra en su momento de mayor popularidad, con un público fiel que es constantemente gratificado con excelentes shows, una discografía prolífica, y sobretodo, buenas canciones. Con los pies bien puestos en la tierra y con una humildad que muchas veces escasea entre músicos, la banda ratifica el buen trabajo realizado en cuatro años de carrera con “El paisaje salvaje”, un álbum consistente, coherente, con nueve canciones cuyas melodías apuntan alto y posicionan al disco entre los mejores trabajos lanzados en Chile en 2010.

Conscientes de las formas actuales de difundir la música y de la omnipotencia del internet, los Fother Muckers tienen claras las ventajas y fortalezas de un álbum en formato físico, tanto en calidad de audio como en las bondades de un arte bien diseñado. “El paisaje salvaje” es un libro de tapa dura con ilustraciones, fotos y recortes de noticias que reflejan buena parte de lo acontecido en 2010, en una edición excelentemente realizada que para cualquier otra banda sería un formato de lujo.

En cuanto a música se refiere, las canciones exploran diversos estilos y tendencias musicales, desde el rock acelerado hasta el predominante pop melódico, contemplativo, abundante en los elementos que la banda ha hecho parte integral de su sonido: cambios de ritmo, distintas secciones en una misma canción, melodías y armonías bien cuidadas, y guitarras que enriquecen el paisaje sonoro.

La enérgica introducción de ‘Tranquilo, hombre del espacio’ abre la placa con una sacudida a los oídos del auditor, quien queda dócil y receptivo para lo que está por venir: un meloso verso mid-tempo, complementado por un sinfín de capas sónicas que se superponen para crear un gran telón de fondo. Intercalando versos e instrumentales, distintas piezas se mezclan en una receta que logra que el disco capture desde el primer momento. El excelente primer single, ‘Lobo mayor’, es un reflejo a escala de mucho de lo que sucede en “El paisaje salvaje”: a pesar de su corta duración (dos minutos y medio), la canción está construida con tal precisión y sutileza que no escucharla una y otra vez es casi imposible; su letra inteligente y fraseo original se ponen al servicio de las historias que Cristóbal Briceño toma de la realidad y narra en un formato canción. Pistas como ésta son un ejemplo claro del crecimiento de Fother Muckers, tanto en composición como en arreglos, características que los distinguen y les dan ventaja sobre muchas otras bandas actuales.

Uno de los momentos más originales de toda la placa está en ‘Archipiélago’. Una voz solitaria y distante va siendo paulatinamente acompañada por la entrada de los distintos instrumentos, en un viaje sonoro de más de seis minutos. Acordes disminuidos, ecos, sonidos del mar y los ya característicos juegos de guitarras dan forma a una de las canciones más genuinas del catálogo de la banda. Un tono mucho más liviano es el de ‘Una alarma en medio de la nada’, una comedia sobre la prédica del fin del mundo, inmediatamente seguida por una cita a ‘Retorno a la base’, algo similar a lo de ‘Dos veces no’ en “Si no tienes nada que decir entonces calla”.

Hacia el cierre del álbum nos encontramos con ‘Las Finales’ y ‘Patio de Comidas’, ambas piezas pop con letras terrenales, humanas y con elementos sonoros que se unen para crear un todo mayor que la suma de sus partes, y donde Briceño demuestra que tiene una de las buenas voces de la actualidad. Son canciones notoriamente enmarcadas en una época, que dan identidad al disco (un toque inconfundiblemente “dosmildiez”), y que a pesar de su tono melancólico dejan una sensación de satisfacción absoluta.

Si hay algún reparo que hacer al disco, éste podría estar en la sección final, pues a ratos da la impresión de que faltó construir tensión y que el cierre se hace un poco abrupto. Dicho esto, es justo afirmar que “El paisaje salvaje” supera con creces los peros que planteaba su antecesor, pues acá cada canción tiene su lugar y sirve a un propósito. El tracklist es el adecuado y está bien ordenado, sin pistas que sean meros actores de reparto.



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