viernes, 29 de abril de 2011

¿QUÉ HACER?


Texto del panfleto repartido en Carrara durante el tercer congreso de las Federaciones Anarquistas celebrado en los días 23 hasta 26 de marzo del 1978, por el grupo “Acción Revolucionaria”.

Hacemos un llamamiento a todos aquellos compañeros anarquistas, reunidos en este enésimo congreso, todavía no escientizados y prematuramente envejecidos por la continua y ardua tarea de pisar las tablas, quien como actor, quien como espectador de las representaciones asamblearias y congresuales y aquellos compañeros que todavía no devolvieron todo su espíritu y sus energías revolucionarias en una práctica que hace de la espera y de la defensa sus principales prerrogativas. Es justamente aquí en Carrara, como en Venecia (en la conferencia sobre la tecno-cracia), que quieren revivir las ramas viejas de la confusión, de la incapacidad y de la estaticidad del movimiento. Se quiere ver con claridad, se quiere comprender con verdadera pasión.

Pero, por desgracia, conociendo ya la triste historia de estas conferencias (solamente útiles como prueba para tocadores de trombón), estamos seguros de que no apenas se les ocurre en la cabeza de todos los compañeros la certeza de haber aclarado o confirmado su propio "que hacer", la realidad nuevamente será mudada así de manera que la obstinada seguridad y la convicción tenaz se encontrarán frente a una barrera parecida a un muro infranqueable. Y entonces los compañeros volverán a caer en la confusión, la apatía y la decepción, o peor aún, otros persistirán en sus imágenes mentales y volveremos a escuchar, o mejor dicho escuchamos hablar de sindicato, de anarco-sindicalismo: imágenes mentales bien viejas para la sociedad y la realidad de hoy en día y quizás, reflexionado un poco, ni siquiera así revolucionario para la sociedad de ayer (pero cómo... ¿Y la España? ¡Ay, sí! La España... ¿¡¿pero sin la FAI ?!?). O también, de lucha de clases, de organización de masas; imágenes mentales aún más podridas y decrépitas de las antecedentes... en la patologia médica se llamaría: "fagocitosis marxista en un estado inconsciente de degenerada involución".

Compañeras y compañeros, dejamos la política de los eslogans, de los planes, de los hechos de hace cien años: tratamos de ser proactivos. Es también un llamado que dirigimos a aquellos compañeros que acusan a nuestra estrategia de ser suicida. ¿Cómo se puede ver el suicidio de la lucha armada, cuando un número creciente de compañeros, trabajadores, desempleados y marginales, se rebelan con las armas contra la crueldad del poder? ¿Es acaso suicidio el hecho de haber identificado en la lucha anti-nuclear, no sólo una forma de combate en un sector específico, tal vez con matices ecologistas, sino una certera lucha contra el poder? ¿Y es todavía suicidio desestabilizar el Estado en todas sus formas centrales o periféricas, ridiculizándolo, poniéndolo en crisis y arrojándolo a mostrar su verdadero rostro, hecho de coacción y de violencia? pero antes de que alguna trompeta solista vuela a sonar la ya familiar: "Pero ¿quiénes son éstos: F.A.I., G.I.A. o G.A.F.".

Nos presentamos: somos anarquistas, ya lo dijimos, la nuestra es una organización revolucionaria en que los verdaderos grupos se reunieron a nivel local, o del encuentro de varias historias personales, sobre la base de una afinidad entre las diferentes experiencias y concepciones de los compañeros. Grupos de afinidad que mantienen su autonomía y libertad de acción y en los cuales las relaciones entre compañeros no son de mera eficiencia, sino se caracterizan por un máximo de conocimiento, intimidad y confianza mutua. Lo que queremos es aportar una crítica destructiva del Estado, a través del uso de la violencia revolucionaria, la lucha armada, la propaganda por el hecho. Queremos acelerar los tiempos y ampliar el frente interno del enfrentamiento para llegar a una desestabilización del Estado. Creemos que la presencia crítica constructiva, utopística no sea una condición suficiente, aunque necesaria, si paralelamente no se desarrolla una presencia critica negativa, destructiva de los procesos en marcha. La crítica de las armas es ahora la única fuerza que puede hacer creíble cualquier proyecto.

Crear organizar 10 100 1000 núcleos armados!

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