domingo, 17 de julio de 2011
GOLD COBRA
Fred Durst está enojado. Sí, otra vez. Y todos sabemos lo que eso significa. Lo que sea que le esté haciendo hervir el estómago ahora, está esparcido en gloria y majestad por “Gold Cobra”, el más reciente álbum de Limp Bizkit y el primero en seis años tras un receso que muchos deben haber considerado necesario.
Tras “The Unquestionable Truth (Part 1)” (2005), un experimento que no tuvo segunda parte, la banda de Florida vuelve a territorio conocido con este trabajo que contiene todos los elementos que hacen a Limp Bizkit lo que es. Y es bastante notable que a estas alturas sigan entre nosotros. Después de todo, ¿quién iba a pensar que los de ‘Nookie’ todavía estarían haciendo música en 2011?
Una intro que ayuda a preparar el ambiente precede a ‘Bring it Back’, tema que inevitablemente recuerda mucho a ‘Nookie’ en la melodía que construye la banda para el coro. Aquí hay una declaración de principios. Durst asegura con algo de razón que “la mayoría no dura tanto tiempo”, poniendo a su banda por sobre el resto y rapeando a una velocidad envidiable.
Ejemplos de actitud y arrogancia sobran en “Gold Cobra”. “Consíguete una puta vida / No quieres ser mi enemigo” grita Durst en ‘Get a Life’, una canción ideal para ser escuchada en el auto a todo volumen, quizás como la propia banda quiere que sea. Por su parte, ‘Shark Attack’ es una segunda versión de ‘Break Suff’, pero más pulida y, aunque parezca contradictorio considerando que la banda se niega a sonar diferente, se percibe algo de madurez en la música.
Es rescatable que los decibeles bajen un poco recién en la octava y novena canción, ‘Walking Away’ y ‘Loser’ respectivamente. Al finalizar esta última, Durst se burla del procesador de audio “Auto-Tune”, que muchos artistas han usado hasta el cansancio. “Tenemos que probar esta mierda sobre algo de heavy metal”, dice antes de dar paso a la grandilocuente ‘Autotunage’.
Pequeños detalles como éste hacen que “Gold Cobra” sea un disco entretenido. Como cuando una escopeta toma el lugar de la batería al final de ‘Shotgun’ y uno de los mejores riffs de Wes Borland se dejan caer. O en ’90.02.10’, un tema de riffs apretados en la línea de lo que hacía Body Count y con una actitud bastante “gangsta”.
Para quienes querían más de lo mismo, este álbum está hecho a su medida. Es perfecto también para los que detestan a Limp Bizkit. Aquí hay trece razones para seguir odiándolos. Como sea, es una banda que no deja a nadie indiferente y allí siempre ha radicado su mayor fortaleza. Imposible ignorarlos con este disco, un retorno a su época noventera que muestra a Fred Durst con su síndrome de Peter Pan en todo su esplendor. Sigue sin mucho que decir, pero lo dice fuerte. Está enojado y dispuesto a no crecer con tal de mantener la música de su banda completamente reconocible.
Si quieres descargar su disco, haz click aquí:
http://www.fileserve.com/file/WcqRGxD/Limp_Bizkit-Gold_Cobra-2011.zip
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