"La verdad es que asesinar a un policía, aunque suene duro, es más grave que asesinar a un ciudadano común y corriente en el orden de sociedad en que nosotros nos hemos dado”"
Rodrigo Hinzpeter, Ministro del Interior, Programa Bienvenidos de Canal 13 cuando ocurrio el asesinato por parte de Nolli a dos ratis hace algunos meses.
La noche del jueves 25 de agosto murió Manuel Gutiérrez Reinoso de 16 años de edad, producto de un disparo de bala que impactó en su pecho cuando iba camino a observar los enfrentamientos entre manifestantes y carabineros en las cercanías de su barrio (Villa Jaime Eyzaguirre, comuna de Macul) junto a su hermano Gerson Gutiérrez, quien se desplazaba en silla de ruedas.
Según Gerson y otros testigos, los disparos provinieron de Carabineros, quienes estaban a unos 300 metros de distancia.
A las pocas horas de haberse publicado las primeras declaraciones de familiares y vecinos que inculpaban directamente a la policía, Carabineros, sin ninguna investigación de fondo finalizada, negó tajantemente su participación en los hechos a través de las palabras del General Sergio Gajardo, de la Zona Metropolitana, en un claro ejercicio de querer desligarse rápidamente del suceso.
Días después, el lunes 29 de agosto, se declaran culpables a funcionarios de carabineros, tanto por este hecho como por otros, siendo cinco policías dados de baja, y pidiendo la renuncia del ya mencionado General Sergio Gajardo por parte del gobierno. Esta situación otorga un espacio, no para “politizar” la muerte de Manuel Gutiérrez, si no para denunciar la violencia con la que el Estado actúa cuando el orden de este modelo de inequidad, explotación y dominación se ve amenazado, poniendo todos sus esfuerzos en mantener las “estabilidades macroeconómicas y políticas” en detrimento de la vida de las personas. Otra muerte registrada es la de Mario Parraguez Pinto, quien recibió una bala en uno de sus ojos la misma noche del 25 de agosto, permaneciendo en estado crítico hasta el día sábado 27, momento en que fallece.
Así, y en función al escenario de violencia ejercido por el actual gobierno, es que podemos recapitular algunos de los hechos ocurridos en los últimos días que develan el juego de presión con el que se está manejando la situación nacional de protesta:
1.- La fuerte represión ejercida durante las últimas manifestaciones, con lanzamiento de proyectiles de grueso calibre, que a más de algún estudiante o transeúnte han impactado; con la excesiva cantidad de policías de civil e infiltrados haciendo labores de “inteligencia”; con la gran cantidad de gas lacrimógeno, que en sus diversas expresiones (bombas de mano, zorrillo, proyectiles) ha sobrepasado los límites de tolerancia, al punto de dejar en estado crítico a gran parte de la población afectada; con allanamientos y desalojos injustificados tanto a establecimientos privados y públicos, sin órdenes judiciales y como simple ejercicio de provocar temor, dolor y exaltación a la vez que resaltar el principio de autoridad con el cual violan y agreden impunemente. Un ejemplo de esto último fue el hostigamiento y verdadero asalto que recibieron los pobladores de “La Victoria” por parte de Fuerzas Especiales, quienes durante la madrugada del jueves 25 de agosto, sin ninguna justificación, entraron a la población en un bus policial alarmando a los habitantes, los cuales pidieron a carabineros explicaciones y que se retiraran del lugar, frente a lo cual sólo recibieron violencia por parte de la policía, llegando incluso a agredir a mayores de edad, destruir parte del inmueble de una pobladora y tratar de allanar el local del canal de televisión comunitaria del sector.
El mismo desenlace, como la muerte de Manuel Gutiérrez, podría haber sufrido el menor de 12 años que fue impactado por una lacrimógena en el rostro, el día 25 de agosto durante las protestas desarrolladas en las cercanías de la Universidad de Concepción, en el contexto del paro nacional. De igual modo esto nos recuerda a la estudiante de Sociología, Paulina Rubilar, que el jueves 12 de mayo casi pierde un ojo producto también de una lacrimógena lanzada a corta distancia. Todo esto nos revela la brutalidad policial, cada vez más cercana a terminar con víctimas como la que lamentamos en esta declaración.
2.- Esta última semana el movimiento social ha sido amedrentado por las declaraciones instigadoras y humillantes de parte del Ministro de Salud Jaime Mañalich hacia los estudiantes de Buin que protagonizaron una huelga de hambre de más de un mes, cuestionando esta acción al punto de llamarlos “cobardes y mentirosos” por manifestarse en huelga de hambre:
“…absolutamente falsos. Esos jóvenes no estuvieron en huelga de hambre. Creo que es un acto de cobardía extrema que alguien se diga que está en huelga de hambre cuando en realidad no tiene el heroísmo, el coraje, para mantener esa decisión.” (Declaración a radio ADN Chile) En principio, como personero de Gobierno, estas declaraciones abiertamente llaman a desafiar a quienes ponen en riesgo sus vidas en pos de una lucha justa, a que lleguen a circunstancias extremas, sin siquiera tener garantías de que se cumplan sus demandas. Esto entra en completa contradicción con las últimas palabras del mismo ministro, en las que anunció medidas legales por “asistencia al suicidio” contra quienes insten a los jóvenes a persistir en una huelga de hambre (“Fin de la huelga de hambre”, Extraído del diario “ El Mercurio”, 28 de Agosto 2011, pág. A3.) , es decir, “está prohibido incitar al heroísmo”.
En segundo lugar, es extraño que el ministro ocupe la palabra “heroísmo”, cuando con anterioridad el gobierno había denostado esta forma de lucha en el caso de los comuneros mapuche, agrediendo aun más a su pueblo y permitiendo que esta protesta llegara al borde de la muerte de los implicados.
Por último, opinamos que calificar de “cobardes y mentirosos” a jóvenes menores de edad que llevaban a cabo una acción tan compleja como lo es una huelga de hambre, es realmente una actitud indolente, desproporcionada y de una profunda falta de respeto tanto para los involucrados como para sus familias y el movimiento estudiantil.
3.- Debido a la masividad de la lucha estudiantil y a la manoseada cobertura que ha tenido por parte de los medios masivos de comunicación, muchos conflictos (y con ellos una enorme cuota de violencia estatal y policial) han quedado invisibilizados a la luz pública. Así, en ocultamiento se encuentran conflictos como el de la Araucanía, las instalaciones de proyectos energéticos devastadores del ecosistema, la mala administración y no ejecución de obras de restauración post-terremoto, entre muchos otros.
- Para el caso de la lucha Mapuche (recuperación de sus tierras y autonomía política y territorial de su pueblo), los últimos ataques en poblaciones como Temucuicui, comunidad José Maria Calbul y comunidad Wente Winkul Mapuche de Ercilla, han dejado serias víctimas, graves violaciones a derechos humanos y agresiones cada vez más violentas e impunes a niños y niñas mapuche. Estos hechos quedan en evidencia en las declaraciones realizadas por diversas comunidades de la comuna de Ercilla, de las cuales extraemos los siguientes fragmentos:
“1.- Esta madrugada, cerca de las 6 AM [18 de agosto], se realizó uno de los más grandes y violentos allanamientos de los que se tenga noticia, por parte de carabineros de Chile, en contra de la comunidad Mapuche Wente Winkul Mapu del sector Chekenko, comuna de Ercilla. Efectivos de Fuerzas Especiales, fuertemente armados, irrumpieron en la comunidad allanando y destruyendo todo a su paso, disparando a quema ropa a todos quienes, desorientados, pedían explicaciones por el excesivo uso de violencia en su actuar.
2.- Una de las situaciones más graves denunciadas, da cuenta de que Carabineros, al momento de realizar los ingresos a las viviendas, no les importó que a esa hora dormían niños, quienes fueron sacados violentamente de sus casas y dejados esposados en el patio, según antecedentes entregados por los propios afectados. Esta situación se repitió en todas las casas allanadas.”
“Dejaron las puertas rotas, agredieron a niños, mujeres y ancianos, tiraron bombas lacrimógenas en su interior, todo por buscar armas que no tenemos”, narró vía telefónica el werken de la comunidad, Daniel Melinao.”
- Con respecto a los conflictos ecológicos, siguen apareciendo proyectos que varias comunidades y organizaciones desaprueban por su carácter nocivo tanto para la vida humana como para la biodiversidad del entorno en el que se situarían. Entre ellos se encuentran Isla Riesco y el parque eólico en Ancud, que además de inconsultos y con graves problemas de aprobación medioambiental, han transitado desapercibidos para la opinión pública producto del fuerte bloqueo mediático. Esto ha permitido que protestas locales y acciones medioambientalistas no surtan el efecto esperado: poder cancelar, o al menos interrumpir, estos megaproyectos destinados más que al beneficio energético de nuestro país, a la imparable acumulación de capital de empresas transnacionales que lucran con nuestros recursos nacionales, violentando y dejando en la pobreza tanto al territorio como la vida de los habitantes de esos espacios.
- Por último, se han revelado bajo el intenso invierno que se ha vivido en las costas del sur de nuestro país y al calor de diversos actos de protesta callejera, las promesas incumplidas del gobierno, los proyectos a medio terminar y las miles de personas aun sin solución habitacional que desde el terremoto esperan sin respuesta. Es así como los dichatinos y dichatinas han llegado a tomar la ciudad a modo de hacer visible este malestar, siendo fuertemente reprimidos por las fuerzas del Estado y representados por los medios masivos de comunicación como “pobladores violentos”, escondiendo la capacidad de organización que las y los dichatinos han comenzado a ejercer, mostrando sólo los “negativos y dañinos enfrentamientos”.
4.- Todo esto es legitimado e impulsado por el gobierno y sus adeptos, quienes a punta de negativas, desacreditaciones y transformación de los sucesos y declaraciones para su conveniencia, generan un clima más proclive a la tensión del conflicto (situación de debemos capitalizar a nuestro favor). Un ejemplo de ello ha sido la constante negación a ceder espacios públicos a la convocatoria de diversas agrupaciones que realizan expresiones de descontento frente al actual sistema político-económico-social chileno, que mantiene una violencia constante sobre las vidas de millones de personas que deben sucumbir ante la explotación del capital y sus grandes empresas, ante la dominación del patrón y sus políticas des-humanizantes y embrutecedoras, y ante los bombardeos comunicacionales, ideológicos y culturales que sostienen todo un clima de perversión y reproducción de lógicas que incitan a la ruptura y desidia de orgánicas mínimas de solidaridad y apoyo mutuo dentro de la clase explotada, y fomentan abiertamente el consumo e individualismo a tal punto de enajenar a los individuos de su condición precaria de existencia.
5.- Para concluir, queremos expresar que respecto al asesinato perpetrado por carabineros contra Manuel Gutiérrez, no hay de qué asombrarse, puesto que cada vez que se radicalizan las contradicciones y conflictos de este sistema, y con ello la lucha directa, el Estado saca a relucir lo que mejor sabe hacer: infundir temor y utilizar la violencia física y directa como método definitivo de establecer el orden a la fuerza, y para esto, es capaz de sacrificar las vidas que sean necesarias a costa de mantener su estructura de poder económico y político, que continúa beneficiando a las minorías de siempre (tanto criollas como extranjeras, las cada vez más globalizadas) y a la por excelencia libertad de mercado propia del capitalismo avanzado.
La violencia no es sólo física, si no que está presente en todas las estructuras que intentan amoldar, reproducir y docilizar nuestras conductas e ideas sin nuestro consentimiento, o al menos sin una clara conciencia de ello, permitiendo mantener nuestra fuerza contenida en los espacios y proporciones justas para no irrumpir en los ejes fundamentales y estratégicos del modelo.
Nos violentan cada vez que nos callan, nos violentan con cada cuota de endeudamiento, nos violentan con cada trabajo esclavo, con cada información malversada, con cada ley a medida de los ricos, con cada disparo, con cada nube de gas disfrazada de orden público, de tranquilidad desconcertada, de democracia en cómodas cuotas.
Frente a esta violencia respondamos con más lucha, más organización, más conciencia y solidaridad. A socializar el conflicto estudiantil y destapar el conflicto estructural, haciendo el llamado a entender este tipo de situaciones como lo que realmente son: productos de un modelo que pone la inversión y la ganancia por sobre la vida y la dignidad.
¡A profundizar el conflicto, a crear organización popular, contra el Estado y el Capital!
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