El no asumir la lucha violenta como necesaria para romper de una vez la continuidad en la existencia de la desigualdad social, creo que apunta hacia el no querer asumir algunas cosas, como por ejemplo, que no “estamos en condiciones” o que preferimos no participar de la pelea callejera, sea cual sea nuestro motivo: fisico, emocional, mental, familiar, etc.
Lo veo no solo como traición a lo que nos rodea (considerando a mujer y hombre como parte de la naturaleza misma, aunque muchxs se hayan despojado de esta hermosa y difícil pero justa responsabilidad), sino que también como una traición al espacio en el que nos desenvolvemos (planeta “tierra”) y a unx mismx como parte de este.
Es ese miedo a perder ciertos privilegios que nos otorga esta desigualdad social, esa “tranquilidad en la casita con MIS cobertores, MIS útiles de aseo y belleza, MI despensa, MI estufa, MI ventilador, MIS lentes de sol a la onda, MI celular con MI plan, MIS bajones llenos de antojos… toda esa basura tan necesitada por seres humanxs totalmente enajenadxs de la realidad terrenal… es avaricia, esa poderosa avaricia.
Aún así hay que considerar que si la cosa va por no atreverse a agredir al brazo armado del poder, pues bien, no lo hagas, (a pesar de todo, todxs tenemos distintas personalidades) no serás cobarde ni traidor(a) por dar frente en otro aspecto necesarios de fortalecer para profundizar la liberación (al menos que esta última la limites para tu beneficio). Pero en ese caso asume lo mismo y no criminalices la lucha callejera, que para eso está la prensa/estado capitalistas. Ahora, si esto último no te ofende, entonces dale duro que así mismo te llegará de vuelta, pues serás consideradxs como enemigx por cualquier proletarix en lucha.
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