Un 25% del dinero sirve para pagar a los animadores y artistas que participan en el evento, como Kike Morandé, Cecilia Bolocco o Álvaro Salas, para que no se les caíga el cassette. ¿O usted creía que trabajaban por bolitas de dulce?
Peor que esto, es saber que un 5% de los fondos va directamente al bolsillo de Mario Kreutzberger, don Francisco, lo que significa que en la Teletón 2000, en la que se recaudaron $6.772.445.028, este "solidario" personaje obtuvo la suculenta suma de $338.622.252, mayor que muchos pozos del Loto y sólo por 27 horas de trabajo.
¿Usted estaría dispuesto a dar su dinero para esto? ¿Necesita de su solidaridad Cecilia Bolocco, mantenida de Carlos Menem, uno de los presidentes más ladrones y corruptos que ha conocido la historia de Latinoamérica, procesado en Argentina por corrupción y por mantener cuentas ocultas en Suiza, o la necesita el señor Mario Kreutzberger, dueño de Ripley, Johnson's Clothes, Easy, Jumbo, Americatel y de Entel Chile?
DESINFORMACIÓN, ESTRATEGIA VÁLIDA
La mayoría de la gente, mientras dura el evento, se pregunta, ¿por qué al mediodía del sábado vamos tan bajos con respecto a las cifras del año pasado?, y ¿cómo en la campaña pasada, entre las 22 y la 1 de la madrugada, aparecieron $3.000.000.000?
Es obvio que la respuesta no tiene nada que ver con colas inmensas de gente con sacos y fardos de billetes ansiosas por cooperar. Lo que sucede es que las cifras de la Teletón son sistemáticamente falseadas. Así, por ejemplo, durante el día sábado el banco, por un convenio de marketing, se dispone a reducir la recaudación aparente de la cuenta 24.500-03 depositando todo, pero asignando porcentajes falsos a cada sucursal. Finalmente, esos dineros aparecen "por arte de magia" entre las 22 del sábado y la 1 del domingo.
Este montaje pretende inducir la reacción obvia: que los comunicadores puedan decir, con algo de base, que no van a alcanzar "la meta" y así entusiasmar a la gente que no ha donado. Parece una estrategia de marketing válida, pero en este caso no lo es, puesto que aquí se habla de cifras gigantescas en beneficio del interés público. Es como si el Estado falseara las estadísticas del presupuesto de la nación, que también proviene de todos los chilenos.
La Teletón ha sido hiperdimensionada, ya que existen una serie de organizaciones igualmente válidas que cumplen las mismas tareas de beneficencia con niños minusválidos. Buenos ejemplos son el Club de Leones y el Rotary Club, que no realizan campañas multimillonarias, sino que se financian mayoritariamente con los aportes de sus miembros, logrando iguales o mejores estándares de atención que la propia Teletón.
Sin embargo, debido a la masiva propaganda y a 27 horas de concientización sin posibilidad de escape -puesto que todos los canales están ocupados con la señal conjunta del show de la solidaridad- las personas tienden a pensar que ésta es la sociedad de ayuda más importante que existe y, por ende, la única válida. Esto incluso ha rayado en la locura, al destinar un porcentaje del PIB nacional a la obra, lo que resulta improcedente si nos damos cuenta que existe una organización mucho más pobre que reclama con urgencia el aporte estatal: Bomberos de Chile.PUBLICIDAD BARATA ¿Usted cree que las empresas apoyan a la Teletón y sueltan los millones por la causa solidaria? No, lo hacen para aumentar sus ventas, en un mes venden más que en un semestre. Según un estudio hecho por la consultora Nilo, un 65% de las personas cambia su marca preferida por la que se suma a esta "cruzada de la solidaridad".
Para colmo, existen grandes negociados entre la Teletón y las compañías en torno a la utilización de esta marca. De esta manera, la corporación de beneficio al niño lisiado escoge las empresas más poderosas y capaces desembolsar una suculenta suma de dinero que luego será distribuido como se explicó anteriormente. En consecuencia, la meta está casi asegurada y el sueldo de los solidarios rostros televisivos para qué decir.
Si bien es cierto que la Teletón ayuda a cientos de niños con problemas de discapacidad física, pero también es real que afecta a muchos otros, pues diariamente los bancos se enriquecen con las transacciones capitales efectuadas por empresarios millonarios, lo que genera ganancias merced a la inversión y especulación financiera. En los días de Teletón se suman a todo esto, los miles de depósitos de gente común y corriente que cree que efectúa un acto generoso al depositar su dinero a la cuenta indicada por la publicidad. Este lucro incalculable no va para niños discapacitados, sino a las inversiones de banqueros que no conocemos, ya que son secretas.
Durante un mes o más, alrededor de 20 empresas, entre ellas multinacionales de la talla de Pepsi, Telefónica y McDonald's, promocionan sus productos como apoyo a la Teletón, esto gracias a la inconsciente y débil noción de solidaridad del incauto chileno promedio que hace aumentar considerablemente la compra de productos de dichas empresas.
La meta de este año es de 20.000.000.000 de pesos chilenos, de los cuales las multinacionales aportan menos del 1% de sus ganancias. ¿O cree ud. que solo 200 millones de pesos es lo que recaudan las transnacionales a lo largo de un mes de campaña? Si las empresas que dicen apoyar a la Teletón aportaran siquiera el 2% de sus ganancias mensuales, la meta se triplicaría e incluso se cuadriplicaría.
Se cree que la forma de ayudar a niños con discapacidades de cualquier tipo es recolectar el dinero para su tratamiento. Así se conforma el Chile actual; sin embargo, una realidad muy distinta a este circo es la que debería imponerse.
La salud es un derecho humano fundamental, no existe razón para pagar millonarios costos por un tratamiento médico (remedios, terapias y todo lo que implica). La Teletón reafirma la elitización de la salud, juntando grandísimas cifras para enriquecer a quienes comercian con la vida saludable de esos niños, aquellos que nos cobran por nuestra sanidad, ¿es esto correcto?
Este funesto espectáculo de inversión capitalista no se lleva a cabo sino con un circo de actores y personajes famosos jugando a la solidaridad en la TV, promocionándose a sí mismos, faranduleando en el despiadado capitalismo.
Por estos y muchos otros argumentos, evita que don Francisco se siga haciendo rico con tu dinero. Si tu empresa te exige aportar o te descuenta por planilla para la Teletón, exige tu dinero. La Teletón no es tuya. Es un robo que hace rico a unos cuantos.
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