viernes, 20 de abril de 2012

NOTA SOBRE EL CONFLICTO EDUCACIONAL


Desde una visión simplista, unilateral y muy limitada, podríamos decir que el problema fundamental durante este proceso formativo, llamado “preparación para la universidad”, es la utilización y mediación del lucro de parte de las academias con el derecho a la gratuidad de la enseñanza y educación.

Podríamos decir entonces, que en base a esta realidad, se infiere que el Estado margina a las grandes mayorías de jóvenes (y familias) sin más recursos monetarios, que los utilizados para cubrir sus necesidades “básicas”, negándoles la oportunidad de adquirir un cartón profesional, mejor dicho, negándoles el sueño de la calidad vida digna. Sin pestañar dos veces esto nos haría ponernos necios y gritar iracundos que la educación por estas tierras es elitista, clasista y discriminadora, que la igualdad de derechos es una farsa y solo unos cuantos “afortunados” podrán ser los que puedan entrar en la salvadora universidad (aun sabiendo que cientos y cientos de miles de egresados universitarios están pateando latas, con sueldos miserables, sin trabajo estable, teniendo que soportar largas jornadas de trabajo sin mayor satisfacción que la de comprarse, muy de vez en cuando, uno que otro aparato digital que le dirá que solo se progresa consumiendo y “viéndose a la moda”).

En fin, podríamos decir lo arriba descrito, afirmarlo y reafírmalo; pero no nos interesa ver sólo la superficie de la causa real del sometimiento a una vida adaptada y dispuesta por un mundo que se pudre en el dinero, la avaricia, el egoísmo, la competencia sanguinaria y la destrucción por la acumulación monetaria. Como no somos, y menos nos interesa serlo, un grupo político o que busca hacer política, tratando de atraer simpatizantes a sus filas, tratando de implantar una ideología, con verborrea seudo-radical o discursos populistas y democráticos, pretendemos decir las cosas como son, sin arreglarlas ni maquillarlas.
El problema económico no lo es todo, ni siquiera se asemeja a ello; existen otros niveles, otros aspectos, otros problemas que aquejan este proceso de “preparación para la universidad” (o como nos gusta llamarlo “proceso de domesticación y maquinización preparatorio para graduarse de obediente profesional”). Hablamos de clara la imposición sistemáticamente memorística y vertical del aprendizaje, el desprecio por la creatividad humana, por la opinión individual, por la crítica, por la búsqueda de información alternativa, por la producción de conocimientos, por la auto-asimilación de información activa para la vida misma, etc.

En las (j)aulas nos obligan a recordar datos muertos, separados, nombres, fechas, lugares, con el único y maldito fin de pasar un examen que, según todo el mundo nos dice, “nos cambiará la vida”. Nos hablan de ciencia, de fenómenos físicos, químicos, biológicos y hasta sociales, todo esto dentro de cuatro paredes, de una forma completamente ideal, donde el profesor sólo transmite información que pasivamente hay que recepcionarla y recordarla.

Contemporáneos: este es nuestro tiempo, esta es nuestra vida, es lo única que tendremos, recordemos que se acaba a cada instante, se extingue a cada minuto… ¿desperdiciaremos las horas, días, meses, años que nos quedan siendo entes repetiti-vos, memorísticos, maquinas humanas, animales domesticados? ¿Seremos cómplices de este orden social donde nos des-precian, segregan y discriminan por nuestra falta de dinero, seremos cómplices de este orden social donde nos matan y automatizan con aburrimiento educativo curricular?

Si sientes que estas palabras son tuyas, que también tú necesitas cambiar tu situación actual, que es imprescindible cambiar nuestro cruel destino, fuera de ideólogos, políticos o esperando la ayuda de alguien externo a nosotros mismos, escríbenos, intercambiemos ideas para nuestra liberación, para la acción, para la creación…

¡Cambiar la vida, cambiar el mundo!
¡Una y otra a la vez!
¡Simultáneamente!

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