viernes, 4 de mayo de 2012

MATTHEI LE DECLARA LA GUERRA A LOS TRABAJADORES


La titular de Trabajo da la espalda a reformas laborales propuestas por la CUT y es aplaudida por el neopinochetismo encabezado por el gobierno de Sebastián Piñera, quien aboga por fortalecer el sistema neoliberal imperante que perpetua las desigualdades sociales en Chile y haciendo caso omiso a las recomendaciones internacionales de mejorar la dignidad de las personas. 

Se supone que es la ministra del Trabajo, pero en la práctica es ministra de los grandes empresarios, porque los intereses de ellos los superpone al de millones de chilenos que sudan la gota gorda para sostener familias y ganarse la vida con sus trabajos. Y a pesar de las crecientes cifras que aumentan la brecha entre ricos y pobres y los precarios salarios que son un triste ejemplo en el mundo, mantener las desigualdades a costa de empleos precarios, bajos sueldos y atropellos a los derechos laborales parecen ser la consigna de Evelyn Matthei.

En declaraciones al vespertino La Segunda sostiene: “nosotros no somos ciegos, no somos insensibles, y me molesta que digan: ‘Pónganse en el lugar de esta gente’, como si uno no se pusiera. Realmente yo estoy con los trabajadores y sé lo que sufren“, pero la ministra como un empresario más de los que defiende con tanto ahínco, aplica la tesis de la sobre explotación como forma de desarrollo de la sociedad chilena:

“Cuando usted rinde tres veces más que lo que rinde, por ejemplo, un trabajador chino, entonces usted le puede pagar tres veces más; pero si usted rinde lo mismo y quiere pagarle tres veces más, al final lo que va a suceder es que esas cosas se van a fabricar en la China y no en Chile y vamos a perder empleos, que es lo que le ha sucedido un poco a España“, dice la ministra. Claro que ella olvida mencionar que los 4 grupos económicos más grandes del país, se encuentran en el listado de la revista FORBES, entre los 100 más ricos del mundo, incluyendo a su jefe, Sebastián Piñera.

NO AL AUMENTO DEL SALARIO MÍNIMO

Durante el acto de celebración de este lunes 1 de mayo del Día del Trabajador, el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Arturo Martínez, en su tradicional discurso, planteó la necesidad de que exista el empleo decente en Chile, con una fijación del sueldo mínimo de $250 mil (unos US$515), considerando que hoy alcanza sólo $182 mil (unos US$ 375).

“Necesitamos un salario mínimo de verdad. Queremos decirle al Gobierno y al parlamento que el salario mínimo este año debe llegar a 250 mil pesos”, dijo Martínez.

Matthei reaccionó el mismo día ante estas declaraciones, argumentando que imponer esa cifra provocaría más desempleo.

“Subir de 182 a 250 mil pesos me parece que sería la mejor forma de volver a tasas de cesantía de 10 o de 12%”, dijo a los medios la ex senadora UDI.

Matthei señaló que la exigencia del organismo gremial es viable, pero no está exenta de costos. “El tema es cuál es el costo que se quiere pagar. Si nosotros podríamos fijar también un salario mínimo de 400 mil pesos, pero en ese caso, probablemente, la cesantía sería de un 15 o un 17%”, indicó.

La titular del Trabajo emitió estas dichos durante una visita al restaurante “Los Buenos Muchachos” esa misma jornada, añadiendo que “nos gustaría un salario mínimo de $300 o $400 mil, pero competimos con otros países con sueldos mínimos más bajos que en Chile”, lo que ha llevado a empresas, como call centers, a trasladar sus sedes a otros lugares fuera del país.

La ministra insistió, negándose a subir este sueldo mínimo, aseverando que “con 250 mil pesos la cesantía sería muchísimo más alta de lo que es hoy día, entonces hay que preguntarle a la gente que perdería el empleo si cree que eso es algo bueno”.

Este ingreso lo fija el gobierno analizando el costo de la vida y las condiciones de mercado, y lo hace con el fin de garantizar que los trabajadores menos calificados puedan cubrir sus necesidades  y las de sus familias, lo que hoy claramente no sucede.

Para contextualizar, Argentina posee un salario mínimo de US$ 545 ($264.000), Perú US$ 282 ($136.000), Venezuela US$ 414 ($201.000) y Uruguay está en torno a US$ 360 ($175.000).

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