A toma se han ido el Cervantes, Confederación Suiza, Liceo 7, Carmela Carbajal, INBA, etc. La respuesta no ha sido como la del año pasado…que era permisiva y dejaba la toma…y es que claramente cuando se dan dos frentes de lucha como el año pasado (tomas y protesta callejera) la lógica del Estado era atacar una (la protesta callejera) y dejar la otra (tomas) como la “correcta”. Este año no ha ocurrido lo mismo, las protestas han salido y los estudiantes han decidido las tomas.
La respuesta ahora, por lógica, de parte del Estado ha sido tratar del mismo modo estas ocupaciones como lo hacían con la protesta callejera el año pasado. De ahí que los desalojos se realizan casi inmediatamente. Policías de civil y sin patente se hacen recurrentes, llevándose cabros y la repre asume una posición más fuerte. Y es que claro, el mensaje del gobierno es ese: la toma es ahora la protesta callejera. Mas adelante ahondaremos sobre eso.
Mucha información no podemos entregarle sobre los detalles de lo que se va sucediendo, pero si podemos decir que la actitud de los municipios será muy. distinta al año pasado. Y eso porque la toma ha adquirido otro contenido: violencia.
Afortunadamente sectores del estudiantado han dado también ese giro respecto a la toma como “algo pacifico” y asumido lo que siempre se ha repetido: ocupar un espacio público y cerrar sus puertas por semanas es más violento que un camote, pero depende de las consecuencias que de ella se extraigan el grado de importancia que el Estado le dará. Y cuando la resistencia callejera al desalojo se ha unido a la toma, la voluntad de defensa de esta va dando paso a un atrincheramiento en los liceos que puede abrir la posibilidad para, ante el contexto actual e inmediato, usar los espacios para cuestiones que el Estado no querrá…darle un valor de uso.
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