HEAD DOWN

Quince meses han pasado desde la aparición de "Pressure & Time". El tiempo que muchas bandas se toman para hacer una extensa y ostentosa promoción fue el suficiente para que Rival Sons mostrara su segundo álbum por toda Norteamérica y gran parte de Europa, publicara tres excelentes singles y en pocas semanas escribiera, grabara y lanzara un nuevo largaduración. Hoy, con su tercera placa bajo el brazo, el cuarteto enfrenta su futuro con mayor estabilidad que nunca, consolidando una identidad propia y desmarcándose de las constantes comparaciones con sus influencias históricas. Esto no quiere decir que la banda se haya dislocado de la veta clásica que caracterizó sus lanzamientos previos, pero la confianza en el trabajo propio ya es reconocible a la distancia.

"Head Down" es un álbum que abunda en sonidos del rock clásico, con cortes como 'You Want To', 'All the Way' y 'The Heist', cuyas raíces están innegablemente imbuidas en la tradición musical anglo, pero que contrastan con el empujón hacia la actualidad dado por canciones como 'Keep on Swinging', 'Wild Animal' o 'Until the Sun Comes', pasajes que recurriendo a ingredientes conocidos crean una cautivante mezcla de pasado y presente que antes la banda sólo había logrado insinuar.

Contando con el doble de tiempo de reproducción que su antecesor, la nueva placa posee un mayor dinamismo y mejores posibilidades para exhibir una paleta más variada de sonidos. 'Run from Revelation' encarna la faceta más blusera del cuarteto, la psicodelia ambiental de 'Manifest Destiny Pt. 1' se opone a la mística contemplativa de 'Nava' (un préstamo inconfundible de 'Bron-Yr-Aur' de Led Zeppelin'), y el canto lírico en clave folk se hace presente en 'True’, en donde Jay Buchanan hace gala de su increíble destreza vocal. Por su parte, 'Jordan' navega sola y se gana un lugar destacado en el disco con oportunas contribuciones de guitarra que se entrecruzan con una melodía y atmósfera que llegan a conmover. Es una obra de arte por donde se le mire y un ejemplo perfecto de la sinergia que se crea cuando las personas indicadas escriben música en conjunto.

En los sesenta minutos que componen el disco, los cuatro músicos interactúan con fluidez y naturalidad, creando los peaks y valles adecuados en cada sección, altos y bajos fundados en la base rítmica que Robin Everhart y Mike Miley construyen para que Scott Holiday entregue la medida precisa de desgarbo y sensibilidad, dejando espacios para que el aventajado Jay Buchanan eleve la música de su banda con su inconfundible estampa vocal.

Con "Head Down", Rival Sons demuestra que está a la altura de los mejores nombres de la actualidad y del pasado. Los pocos cuestionamientos que levantaban sus placas anteriores se desvanecen de una vez por todas y el futuro se muestra más auspicioso que nunca. Sólo falta la explosión definitiva.

Por Álvaro Rojas.


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