"Al final todo se termina,
las cosas no vuelven a ser
como quisiera que fueran.
La luna ya no alumbra más,
y mi corazón se contamina
al saber que ya no existirá más.
Y esa noche que me sentía tan solo
decidí viajar al bar de la esquina,
y me emborraché para olvidarme
de todo lo que no podía olvidar.
Y todo desahuciado caminé hasta su casa,
entre golpes y gritos no conseguí nada,
pues se me había olvidado todo
menos qué habíamos terminado.
Los momentos otra vez se instalan
al interior de mi habitación,
y las notas que escribí
las incendio para que no vuelva a rondar
el fantasma de la traición.
Pero el teléfono volvió a sonar,
me dijo que nos volviéramos a encontrar.
Corrí hasta la plaza, encendí un cigarro,
al final nunca llegó;
y como un tonto me quedé esperándola,
esperándola, hasta hoy, esperándola."
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