miércoles, 1 de mayo de 2013

¡ABAJO EL TRABAJO!


El trabajo es la actividad no libre, deshumanizada y explotada a causa de la propiedad privada. Se trata de una actividad separada de los demás aspectos de la vida que, al producir mercancías, nos separa y aleja de nosotrxs mismxs como humanxs. 

La sociedad capitalista es la sociedad del trabajo. En ésta, no trabajas para vivir: vives para trabajar. Así, desde que naces hasta que mueres, desde que te despiertas hasta que te duermes (y hasta en los sueños y pesadillas), estás sometidx al trabajo por todos lados . Pero ¿se puede llamar vida a esto? ¿Estás satisfechx o feliz con ella? ¡Seguro que No! Y aunque lo ocultes o te autoengañes, tú lo sabes, tú lo sientes…

¿Por qué? Porque, en otras palabras, el trabajo es obligación, explotación, opresión, alienación, sacrificio, sufrimiento, fatiga, agonía (tanta, que hasta en los buses te duermes y en tu casa haces menos el amor). *El trabajo es una tortura.

Y ninguna tortura “dignifica” al ser humano. Al contrario: nos vuelve cosas-mercancías que producen la riqueza y el poder de los ricos y poderosos, a la vez que nos pone a competir entre nosotrxs mismxs y nos hace individualistas. EL TRABAJO DESHUMANIZA. EL TRABAJO ENFERMA. EL TRABAJO MATA (a la humanidad y a la naturaleza). En fin, el trabajo es nuestra mortal esclavitud asalariada, administrada y vigilada por el Estado-Capital.

Pero ¿por qué debemos trabajar y sobrevivir a cambio de un salario para no morirnos de hambre? Porque estamos en una GUERRA DE CLASES, donde cada acto que el capital hace y publicita en nombre del progreso o del bienestar solo es posible a costa de explotarnos, someternos y hacernos aún más miserables mediante el trabajo asalariado. Amenazándonos y aterrorizándonos siempre con el desempleo (sobre todo en momentos de crisis capitalista, como el actual), cuando la verdad es que si el trabajo fuese abolido, también desaparecería el desempleo. Es decir, el trabajo -junto con la propiedad privada- es la principal arma del capital para mantenernos explotadxs, controladxs y anuladxs como clase revolucionaria, como proletariado. Pero si la burguesía y su Estado -aquí en el ecuador, representados por el gobierno de la contrarrevolución ciudadana del ultracapitalista correa- nos dominan de tal modo, es porque en el fondo nos tienen miedo. Sí: miedo a que lxs proletarixs les hagamos la guerra a ellos. 

Miedo a que nos asociemos para luchar autónomamente por nuestras reivindicaciones de clase. Miedo a que nos reapropiemos de todo lo que hemos producido y lo usemos para satisfacer nuestras necesidades humanas y ya no las ganancias del capital. Miedo a que el proletariado ataque y asalte de nuevo esta sociedad de clases. Miedo a que nos rebelemos contra todo este orden de cosas y lo eliminemos por la fuerza. Miedo a que neguemos y destruyamos lo que nos niega y nos destruye: miedo a que dejemos de trabajar, a que dejemos de ser sus bestias-máquinas de hacer riqueza a costa de nuestra miseria y, en lugar de eso, nos dediquemos a vivir y a luchar para ser libres y felices de verdad… Precisamente por esa fuerza vital revolucionaria que poseemos y que podemos ser, hermanx proletarix, no se trata solamente de luchar por “mejores condiciones” laborales y salariales (bajo el yugo del capital), sino de LUCHAR CONTRA EL TRABAJO. Y a largo plazo, no se trata de “liberar al trabajo”, sino de liberarnos del trabajo para así vivir una vida que merezca ser vivida.

Pero en vez de todo eso (¡cuán dominadxs estamos, maldita sea!), tú haces como si la guerra de clases no existiese y prefieres seguir siendo explotadx y oprimidx en el trabajo como si fuese algo “normal” y hasta “eterno”; prefieres seguir pasando y haciendo pasar amargas necesidades a lxs tuyxs, porque “así es la vida” o porque “diosito así lo quiso”; y, peor aún, prefieres seguir alimentando con tu miedo ilusiones burguesas (del tipo “estudiar, trabajar y tener dinero para ser alguien en la vida”, etc.), en lugar de romper tus cadenas de una vez. Entonces el problema no es solo que te toque trabajar para sobrevivir porque no eres dueñx de propiedades o negocios que te den dinero para adquirir lo necesario: *el problema es que prefieres seguir siendo unx esclavx voluntarix antes que asumirte y luchar como proletarix.

Proletario-a:

¡No permitas que el trabajo absorba tu existencia! ¡No dejes que tu horario secuestre tu tiempo!
Quien controla el tiempo (y el espacio), controla la vida. 

Por eso:

¡ARRÁNCALE TIEMPO A LA INHUMANA, ABSURDA Y ASESINA RUTINA DEL CAPITAL!

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