Por medio del presente comunicado reivindicamos el atentado incendiario contra el cuartel policial del OS9 de Carabineros ejecutando a las 20:30 hrs. del Viernes 17 de Mayo, en avenida Macul esquina Grecia (frente a la UTEM), por parte de un grupo organizado de 13 guerrilleros urbanos los cuales, protegiéndonos y habiéndonos asegurado por medio de una barricada el espacio suficiente para el ataque, descargamos 40 bombas molotov de contacto contra distintas zonas de los edificios del recinto, que por algunos momentos se vio envuelto por el fuego, para luego replegarnos hacia destino desconocido y dar por finalizada la operación que, en total, duró 45 segundos.
Si bien no se pudieron incendiar las instalaciones dadas las condiciones materiales desventajosas para nosotros lograr aquello, sí logramos producir un amplio e histérico despliegue policial en el sector en los momentos siguientes al ataque, ya sean los excesivos disparos de gas lacrimógeno que envolvieron varias cuadras a la redonda (estando nosotros ya replegados), tanto como la movilización frenética de bomberos y vehículos policiales varios, incluidos helicópteros.
Es por ello que aunque habiendo considerado el carácter predominantemente simbólico de tal ataque, demostramos ante todos los revolucionarios algunas cuestiones necesarias para comprender la dinámica histórica y práctica de la subversión:
1- Cuando hay organización,planificación y preparación de por medio, sumado a los conocimientos y actitudes conspirativas en permanente desarrollo, se amplía notoriamente el rango de objetivos a atacar y, por tanto, demuestra la cada vez más vulnerable posición del Poder y sus instituciones ante el desarrollo tanto cuantitativo como cualitativo en la lucha contra ellos, pues la historia no es estática, sino que es entre otras cosas, un cúmulo de experiencias reciclables para su reutilización en la guerra contra este orden.
2- Es por lo mismo que, en la medida que nuestros ataques reflejan este "trabajo" conspirativo y la permanente superación de las trabas históricas que se nos han presentado, o lo que es lo mismo, en la medida en que los ataques subversivos aumentan su intensidad, éstos se hacen más concretos y tienden a superar la mediocridad del mero simbolismo: la historia de nuestras acciones tiende hacia su efectividad real.
3- La institución policial atacada no es sino la manifestación histórica más evidente de todo el entramado social del Poder que, revestido de múltiples maneras, se escudan todas tras ella. Es por ello que mientras más concretos son los ataques a las instituciones guardianas de este orden, más delatamos la estructura social autoritaria capitalista que la sustenta, dotándola de moral,ideología, armas, financiamiento y leyes para su protección: los ataques contra la policía no pueden ser sino ataques contra la primera línea de defensa social de todo Poder.
4- Por último es que existiendo, en la línea de los intereses particulares de lo que domina y explota nuestras vidas, múltiples figuras e instituciones de la autoridad, es que el combate contra ellas es, junto con estratégico y consciente, algo cotidiano y, por lo mismo, es él la vivencia diaria de nuevos tipos de relaciones en guerra contra esta sociedad, pues a los revolucionarios no nos interesa reformar partes de la basura diaria capitalista para continuar viviendo pasivos y apacibles, sino que buscamos acabar con lo existente, no queremos liberar a los presos, sino destruir las cárceles; no deseamos vivir con salarios dignos, sino acabar con el Capital que valoriza nuestras vidas.
Ayer en la calle, hoy a sus cuarteles, mañana en todas partes.
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