READY TO DIE

No debe ser fácil ponerse a la altura de un envidiable legado. Tampoco debe ser fácil editar discos pasados los 60 años, tratando de sonar frescos y espontáneos. El regreso de The Stooges fue tan enigmático como lo fue el de The New York Dolls hace algunos años. Nadie sabía si el ejercicio de nostalgia de una banda tan representativa de su época funcionaría bien o no. Lo cierto es que, cuando hay música nueva de por medio y no solo querer revivir viejas glorias, siempre vale la pena abrir los oídos.

Tras el regreso oficial como The Stooges con “The Weirdness” (2007), nos quedó claro que el factor sorpresa no formaba parte de la estrategia del grupo. Si bien no fue un completo desastre como afirmaron algunos, “Ready to Die” (sugerente título y carátula) suena a revancha, alimentado por el regreso de James Williamson a la guitarra tras la muerte de Ron Asheton. Aquí hay una curiosa vitalidad y furia. Y se sienten muy familiares. 


“Quiero pasarlo bien todo el tiempo”, canta Iggy Pop en la desafiante ‘Sex & Money’, con un atractivo saxo de fondo. “Tengo un trabajo pero no paga ni una mierda”, dice en la sucia ‘Job’. “Si tuviera una puta pistola, podría dispararle a todos”, asegura en ‘Gun’, llena de rock and roll añejo y crítica social hacia su propio país. Esto es precisamente lo que esperábamos de Pop. Sin embargo, también hay momentos en los que parece que nos estuviera diciendo que está demasiado viejo para banalidades. La acústica ‘Unfriendly World’ transmite la honestidad que su título sugiere (Pop casi susurra), mientras que la nostálgica ‘The Departed’ es una dedicatoria al pasado y a Ron Asheton. En ambas hay calma pero, sobre todo, la experiencia de músicos que todavía tienen un par de trucos bajo la manga como para sorprendernos.

Canciones que nos transportan inmediatamente al pasado por su sonido crudo (‘Dirty Deal’) y otras que mezclan ironía y música más “amable” (‘Beat that Guy’) le dan forma a un trabajo breve pero bien balanceado. Todo dirigido excepcionalmente por la guitarra y producción de Williamson. Listos para morir o no, éste es un camino que no tienen sorpresas, pero que sí dan ganas de transitar de ida y vuelta.


Por Jaime Meneses J.


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