El sexto largaduración de Kings of Leon estuvo precedido por dudas y especulaciones considerables. Mientras el predecible “Come Around Sundown” (2010) repetía los recursos del exitoso “Only By the Night” (2008) y fallaba en su intento de mezclar sonidos sureños e himnos pop, las cosas sólo empeoraron cuando en agosto de 2011 la familia Followill decidió cancelar gran parte de la gira promocional del disco debido a los conflictos internos en la banda.
Dos años después, las aguas parecen haberse calmado y aunque “Mechanical Bull” no busca destacarse por su originalidad ni por una propuesta riesgosa, sí da indicios de una mejoría en el estado de salud de la agrupación y representa un notable ascenso respecto de su mediocre antecesor. Hoy el cuarteto de Nashville sorprende con su renovada energía juvenil y con canciones que demuestran su pericia a la hora de explotar sus fortalezas y disimular sus debilidades.
La festiva obertura de ‘Supersoaker’ denota los aires de liviana diversión y de celebración hoy perseguidos por la banda con riffs pegajosos, sólidos ritmos de batería y melodías ansiosas de ser coreadas por multitudes. En ‘Rock City’ La voz de Caleb Followill mantiene la peculiaridad de su timbre vocal mientras canta “Corría por el desierto/buscando drogas/buscando a una mujer que estuviera dispuesta a amar”, en tanto que ‘Don’t Matter’ invoca esa añorada mezcla de rock and roll y punk que tanta falta le hizo a los dos últimos trabajos de la banda.
El beat galopante de ‘Beautiful War’, de inspiración similar a ‘Arizona’ y ‘Cold Desert’, destaca por el manejo de sus dinámicas y contrasta con las enérgicas notas a The Cure en ‘Temple’. En adelante, el vaivén entre baladas y uptempos mantiene un equilibrio que en general funcional bien pero a ratos hace perder la atención debido a su falta de novedad: mientras la fusión de funk, blues y gospel de ‘Family Tree’ y la intensidad de ‘Coming Back Again’ sí exploran nuevos terrenos para la banda, el correcto single radial ‘Wait for Me’ cae en la comodidad de basarse en recursos usados hasta el cansancio, diagnóstico compartido por ‘Comeback Story’, ‘Tonight’ y ‘On the Chin’, un cierre que busca grandilocuencia y líneas vocales que se conviertan en himnos.
Pese a que no resalta por su rupturismo, “Mechanical Bull” logra mantenerse de pie y pasa la prueba gracias a sus bien logradas composiciones y las buenas intenciones de mostrar algo diferente. Si bien, esa meta no se logra del todo y la repetición amenaza peligrosamente con pasar la cuenta, es claro que, al menos por ahora, tomarse riesgos no está en los planes del cuarteto. La receta sigue funcionando pero sólo el tiempo dirá si ya hemos visto todo lo que Kings of Leon tiene para ofrecer.
Por Álvaro Rojas.
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