miércoles, 22 de enero de 2014

LOS AFECTADOS SI CHILE PIERDE EN LA HAYA


El grupo Angelini está nervioso. Cuando el próximo 27 de enero el Tribunal Internacional de La Haya de a conocer el resultado del fallo por la demanda marítima que Perú interpuso contra Chile, los controladores de Corpesca sabrán si el suyo continúa siendo un negocio rentable, o si deberán reformular su apuesta y buscar otros horizontes de donde extraer anchoveta y jurel, los principales recursos que explotan en la zona en litigio, y que representan el 30% del negocio total de la pesquera.

Si La Haya determina que el límite marítimo reclamado por Perú es el correcto, Corpesca verá fuertemente afectados sus intereses. En conversación con el cuerpo Negocios de La Tercera, el gerente general de la compañía, Arturo Natho, señaló estar pendiente de la decisión, aunque no quiso adelantar, ni medir, el daño que podría sufrir la firma: “Sin duda, la zona en controversia es importante. Faltan pocos días y nuestra posición es esperar el fallo y en ese momento entender bien cuál será la condición de captura que tendremos”.

El director de la ONG Ecocéanos, Juan Carlos Figueroa, ratifica la importancia que el fallo tiene para los negocios que el grupo Angelini mantiene en la industria pesquera: “Este es un típico caso en que el amor a la patria está muy vinculado con los intereses del bolsillo. Hoy Corpesca opera en esa zona con cinco plantas procesadoras: dos en Arica, dos en Iquique, una en Mejillones, y acaba de traer un gran barco con capacidad de captura desde el sur a la zona norte. La zona norte para ellos es clave, ya que le permite tener cuota estable de anchoveta. Recientemente se entregó una cuota global de casi 800 mil toneladas para el 2014. Corpesca controla casi el 90% de las cuotas de captura de la zona norte”, asegura el ambientalista.

Los negocios de los Angelini en la industria pesquera -donde controlan más del 51% del mercado, a través de Corpesca en el norte y Orizon en la zona centro sur- podrían multiplicar por diez sus ingresos, gracias a al nuevo valor agregado que le están dando al aceite de pescado, su producto estrella. Según indicó el propio Arturo Natho a La Tercera: “El aceite de pescado puede variar entre US$ 1.800 y US$ 2.600 la tonelada, dependiendo de la calidad. Pero con el concentrado que estamos haciendo en la planta Golden Omega, ese valor sube a US$ 20 mil y US$ 22 mil por tonelada. Son saltos muy significativos”.

El potencial comercial de las innovaciones que Corpesca busca para sus productos es reconocido como relevante por Juan Carlos Figueroa, quien, sin embargo, explica que las ganancias proyectadas ayudan a entender el rol que ha jugado el clan Angelini en el conflicto en La Haya: ”Corpesca está generando un concentrado de Omega 3, a partir de aceite de pescado, que está teniendo un valor en el mercado de hasta 22 mil dólares la tonelada. Si eso lo multiplicas por 600 mil toneladas al año (cuota de pesca del grupo durante 2013), te da una cifra astronómica. Eso explica el papel de Corpesca en este conflicto”.

El grupo controlador de Corpesca -AntarChile- es el holding que maneja las empresas del grupo, que tiene presencia en todos los sectores importantes de la economía chilena, a través de empresas como Copec, Metrogas, Abastible, Arauco y Guacolda. Su director, Roberto Angelini Rossi, aparece en la lista de multimillonarios del mundo de Forbes, ocupando el lugar 1.175, con un patrimonio estimado en 1.200 millones de dólares.

Corpesca ha estado en la polémica durante los últimos años por entregarle dinero a la diputada independiente Marta Isasi, en medio de la tramitación de la nueva Ley de Pesca -también conocida como Ley Longueira-, y por tener en su directorio a un hermano del senador DC Andrés Zaldivar, Felipe Zaldivar Larraín, lo que también ha generado ruido durante la discusión en el Senado de los proyectos que afectan los intereses de la pesquera.

Tomando en cuenta esos antecedentes, no es difícil presumir que Roberto Angelini no se ha quedado en su casa mirando como se resuelve la controversia.

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