Cuánto más se puede exprimir un álbum fechado en 1969 por magistral que sea, reeditado ya varias veces. Pete Townshend maneja la respuesta a la manera de un mago sacando conejos del sombrero con sonrisa burlona. Esta nueva versión de Tommy es lejos la más abultada e interesante de las cinco versiones lanzadas entre 1983 y 2003. El líder de The Who presenta ahora tres caras de la misma obra, considerada unánimemente como la primera ópera rock.
A una década de la edición en 5.1 del disco doble original, las últimas tecnologías optimizan el sonido de un puñado de canciones de gran sofisticación y audacia musical y lírica, que consagraron a The Who a fines de los 60 en la misma esfera de The Beatles y los Stones, pero a la vez a cierta distancia. En ese periodo las bandas de Lennon/McCartney y Jagger/Richards ya ejercitaban la nostalgia, refugiándose en un rock más clásico y nostálgico -nítido en "Let it be" y "Beggars Banquet"-, mientras Pete Townshend experimentaba con nuevos instrumentos y expandía las posibilidades del pop con estructura teatral, introduciendo los acordes abiertos que en los 70 serían escuela para Cheap Trick y Rush, y más tarde inspiración para una leyenda indie como Robert Pollard. El disco original llega remasterizado y también en mezcla 5.1 para blu-ray.
Bienvenido recorrer con mayor fidelidad una pieza clásica, pero lo que sigue encarna el gran manjar de la reedición. Townshend sacó los demos a la superficie y así se comprueba cuál era la injerencia del resto de la banda en los posteriores arreglos, y del productor Kit Lambert, reconocido por el guitarrista y compositor como influencia en su viraje conceptual. Los demos muestran el esqueleto de las canciones con una musculatura distinta, donde todavía es posible rastrear ecos de la sicodelia y experimentación con cintas. Amazing journey, una de las joyas mayores de Tommy, refleja esa dirección. Los abundantes teclados, pianos y variadas capas de guitarras acústicas le dan una peculiar actualidad al material, en una época en que la textura vintage se lee como modernidad. El Tommy de los demos podría ser perfectamente un álbum indie y avant garde de hoy. Por otro lado, permite valorar el aporte de Roger Daltrey, John Entwistle, Keith Moon y la producción de Lambert. Con ellos abordo el resultado final es mucho más coherente y conciso.
El disco en vivo, sello magistral de esta reedición, derriba uno de los tantos mitos en torno a The Who. Registrado el 15 de octubre de 1969 en el Capital theatre de Ottawa, Canadá, corresponde a una de las 38 fechas grabadas por la banda en la gira promocional de Tommy. De hecho, en la introducción Townshend cuenta cómo funciona el sistema estéreo y lo caro que es. La leyenda decía que el líder, insatisfecho con los resultados, mandó quemar las cintas.
Nuevamente en el ejercicio de la comparación, este es el material que hasta ahora mejor refleja a The Who en vivo aquellos días, una implacable máquina de rock violento y melancólico. Existen los pergaminos en torno a Live al Leeds (1970), considerado hace mucho como el mejor disco en vivo de todos los tiempos. Sin embargo en competencia con esta cita, pierde en nervio y energía. Leeds suena demasiado intervenido para la potencia de esa noche canadiense, y superior también a la apoteósica y muy bien filmada actuación en Tanglewood del 7 de julio de 1970, disponible en Youtube, que a su vez supera por lejos el concierto en la isla de Wight el mismo año. Difícil imaginar una enésima versión futura de Tommy con más sorpresas. Si este es el punto final, es consonante con la calidad superlativa de una obra capital en la historia del rock.
Por Marcelo Contreras.
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