martes, 18 de marzo de 2014

CROSSES

Ni la versión más optimista y soñadora de Chino Moreno (Deftones, Team Sleep y Palms) hubiese vaticinado, 3 años atrás, el interés global que hoy arrastra la música de Crosses. Un simple pasatiempo desarrollado en tiempos de ocio en el estudio construido en la casa de Shaun Lopez (Far, The Revolution Smile), y que derivó en banda de estructura convencional (giras, álbum, apariciones televisivas, etc). “Crosses” une las canciones de sus dos ep's, más cinco composiciones nuevas, que, más que apuntar a otros horizontes, potencian la constante inicial que dio forma al proyecto.

En la ruta de Crosses sigue transitando el pulso hip hop, además de los ecos cavernosos capaces de tender puentes con el trip hop y algunas estrellas fugaces del house. Chino Moreno añade a la ecuación el desarrollo de la rama sensible ya configurada en Team Sleep, pero da pie a una mayor expresión por parte de Shaun Lopez. El hombre de las cuerdas en Far logra un mayor impulso en la programación de ritmos, alcanzando una mirada siniestra a la devoción new wave perfilada en las primeras composiciones: el peso de las bases en ‘The Epilogue’ o el voraz apetito incidental de la lúgubre ‘Bitches Brew’, son partes muy bien logradas y que entusiasman a la hora de pensar en el siguiente paso.

‘Thholyghst’ y ‘Trophy’ se afirman con ensoñadores interludios y fijan otra constante: el desarrollo de un sonido en el que las guitarras eléctricas (bien procesadas), las cadencias pausadas y el paisajismo introspectivo funcionan como un equipo afiatado; a su vez, ‘Frontiers’ demuestra la importancia de estos proyectos para Chino Moreno y cómo su voz toma partido en cualquier reto impuesto. Se mantiene ese eco sensible que uno ya percibía en Palms o Team Sleep, pero acá se trasluce un ejercicio más caótico. Quizás por ahí va el reconocido entusiasmo que el cantante de Deftones ha expresado por Crosses.

La obsesa admiración del trío por la filmografía de Jodorowsky, Russ Meyer o David Fincher, arropa el espíritu cinemático que respira gran parte del álbum, ya sea en los retoques para la ya probada ‘Telepathy’’, hasta llegar a la hipnótica ‘Nineteen Ninety Four’. A esto, Chino Moreno añade relatos conectados con su juventud: inocencia, decepciones y la asumida banalidad de las primeras relaciones amorosas. Sin deslumbrar, Crosses perfila un digno punto de transición y la puerta para esperar algo mayor queda abierta. Vaya ascenso para un hobbie.





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