domingo, 11 de mayo de 2014

BLACK LABEL SOCIETY - CATACOMBS OF THE BLACK VATICAN

Este nuevo disco llega después de una pausa de cuatro años (no estamos contando aquí el “Song Remains Not the Same”, sino que a su antecesor natural, el llamado “Order of the Black”) y coincide con el primer lanzamiento sin Nick Catanese en guitarras, quien se retirara recién hacia fines del 2013. 

No es algo para pasar por alto: Nick, conocido como el "Evil Twin" Catanese, fue el único miembro estable de la banda en el curso de todos estos años, además del propio Wylde, claro está, y su ausencia provocó que Zakk se hiciera cargo de todas las guitarras en esta pasada. Cosa que mucho no le debe haber costado pero que ya implica una diferencia en el método.

Esto sea dicho para establecer un punto en que esto del 2014 se pueda diferenciar cualitativamente de lo de aquello de 2010. En “Catacombs of the Black Vatican” no hay nada instantáneamente pegajoso como ‘Overlord’ o tan lleno de adrenalina como ‘Parade of the Dead’ o ‘Godspeed Hellbound’ -todas del “Order of the Black”- y aún así lo que este disco hace muy bien es reunir todas las "otras" diversas influencias de Wylde con los años: contundentes riffs inspirados en Black Sabbath, melodías vocales raspadas, canciones rockeras y baladas medias sureñas que pueden llegar a conmover e incluso una lenta, media setentera, que cierra el disco y ciertamente descoloca.

Después de las dos primeras canciones de “Catacombs...” uno podría pensar en algo como "Zakk In Black Chains". La apertura de ‘Fields of Unforgiveness’ fácilmente podría haber sido un tema del Alice in Chains de finales de los noventa, con algunos de esos gemidos torturados que Layne Staley producía tan bien. Puede parecer un poco fuera de lugar para Zakk Wylde, aunque él es un fanático confeso de Alice in Chains, incluso escribió una canción tributo a Layne Staley en el álbum “Hangover Music”, pero esto está en su ADN, tal y como la música de Pantera. Pero al final del día todo lo anterior es "Sabbathico".

El primer single, ‘My Dying Time’ también lleva un poco de Alice in Chains en su versión más pantanosa con Wylde armonizando sobre él mismo en el estribillo. En todo caso esto es más de la rúbrica de sonido de Black Label Society, no es cosa de otro mundo, y hay algo en el riff que posee la dinámica del "Mafia", otro favorito de muchos fans de BLS. El primer gran riff y groove llega con el tercer track ‘Believe’, que también invoca al rock sureño y recuerda cosas como Pride and Glory, sobretodo en el pre-coro y el mismo estribillo.

La primera balada mientras tanto llega junto al cuarto track, llamado ‘Angel of Mercy’, que prosigue en esa onda de rock sureño. Considerando todo ese muscular peso específico exhibido en gran parte de la música de Black Label Society, es un hecho de la causa que Wylde ha sido siempre un baladista muy subvalorado. Se puede manejar en las sutilezas de una vulnerabilidad emocional tan bien como en la pura testosterona heavy. ‘Angel of Mercy’ es el mejor de los tres ejemplos de este disco, aunque ‘Scars’ es también una inspirada melodía y bueno... las guitarras con eco de ‘Shades of Gray’ traen algo diferente -totalmente- a este registro a modo de cierre.

Pero por mucho que puedan llamar la atención algunas de sus baladas, otros favoritos siempre van a ser temas como ‘Damn The Flood’ y ‘Beyond the Down’ (a medio camino entre Sabbath y Pantera) o ‘Heart Of Darkness’ y ‘Empty Promises’ que se balancean, cada uno de los cuatro, con riffs que son parte del expediente "Sabotage" y en ellos escuchamos a Wylde con esas voces ya conocidas, que no son otra cosa que variaciones más agresivas del aullido de Ozzy. La sensación Sabbath cruzada por Alice in Chains continúa con ‘I've Gone Away’, un medio tiempo armado de un grueso riff que resuena entre el "13" y el "The Devil Put the Dinosaurs Here", sobre todo este último porque la influencia del grunge que se escucha en el coro es indiscutible.

Este disco ofrece todo lo que se quiere y espera de Zakk Wylde –tracks increíblemente pesados con riffs de guitarra con mucho cuerpo y distorsión, solos de guitarras rápidos y furiosos, todo intercalado con algunos momentos más tranquilos en las reflexivas baladas a las que referimos antes. También añade algunas cosas nuevas -poco eso sí- aunque nada tan revolucionario como el formato cuasi pop setentero que suena en ‘Shades of Grey’. Mejor evitar ese tipo de "salidas de libreto" en todo caso, porque en definitiva no tiene nada que ver con la naturaleza del disco y de la banda.

Cito textual: “’Catacombs of The Black Vatican’ se convertirá en un testamento perdurable a pura fuerza de voluntad y como resultado del dominio de todos y cada uno de los terrenos musicales que estos titanes del rock duro deciden abordar". Eso es lo que afirma el comunicado de prensa, con Wylde añadiendo que decidieron enfrentarlo como un ejercicio de levantamiento de pesas. ¿Querían ver si podían superar la marca que establecieron la última vez? De acuerdo a Zakk sí se puede. Aunque no se pueda llegado a cierto punto. Pretendimos verlo de otra manera, pero después de todo, la canción sigue siendo la misma: Y no estoy citando a Led Zeppelin, más bien retrucando el disco 2011 de los propios BLS. “Catacombs Of The Black Vatican” no va a colocar a Wylde un peldaño más arriba de donde ya está, pero tampoco marca un registro excepcional en su legado. A veces para recomendar un disco de BLS hay que solo referirse a él como "otro trago de Black Label Society".





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