Usher, sí, la mismísima súper estrella del pop y el R&B, tiene responsabilidad en todo esto. A 16 años del último lanzamiento y tras la separación de 2001, The Afghan Whigs vuelve aunque Greg Dulli, el cantante, guitarrista y líder, negó más de una vez la reunión de una banda que integra el panteón de los alternativos entre los rockeros oficialmente alternativos de los noventa, al lado de Dinosaur Jr. por ejemplo.
Un grupo que tuvo la sofisticada ocurrencia de buscar su nervio e intensidad en el soul –lo que timbraba cierta madurez respecto del resto-, mientras sus contemporáneos escarbaban en el hard rock, el metal y el post punk.
Un grupo que tuvo la sofisticada ocurrencia de buscar su nervio e intensidad en el soul –lo que timbraba cierta madurez respecto del resto-, mientras sus contemporáneos escarbaban en el hard rock, el metal y el post punk.
La bitácora del regreso es ésta. En una gira acústica en 2010, Dulli integró varios temas de su antiguo grupo, e invitó al bajista John Curley. Resurgió la química, llamaron al resto y durante 2012 hicieron conciertos, pero sin planes discográficos. En 2013 Dulli recibió la propuesta de presentar a la banda en el festival SXSW en Austin junto a Usher. Hablaron, en dos días montaron tres temas, y dieron el concierto. Entusiasmados con la experiencia, The Afghan Whigs sintió que era el momento de un nuevo álbum, finalmente grabado entre mayo y diciembre del año pasado. La noticia del flamante disco la dio en enero vía Twitter el actor Bob Odenkirk, el inolvidable abogado Saul Goodman de “Breaking Bad”.
Las sesiones no contaron con el guitarrista histórico Rick McCollum, definitivamente alejado por asuntos personales y diferencias con el grupo tras la gira de reunión. A cambio reclutaron a músicos de The Raconteurs, Chavez y Queens of the Stone Age. De hecho el disco se registró en Pinkduck, estudio propiedad de Josh Homme. Entre los invitados, se suman Alain Johannes–de quien Dulli se confiesa fan- y Johnny Natural, el director musical de Usher.
Los resultados de “Do to the beast” impresionan. La paleta estilística del grupo es generosa: arreglos sinfónicos, retoques electrónicos, baladas crepusculares, murallas de guitarras, y el poderoso carisma vocal de Greg Dulli, con su canto desgarrado (la poderosa ‘Parked outside’), cachondo (‘Matamoros’), y triste (la épica ‘It Kills’). Su interpretación funde un punto justo entre un rockero de pura cepa y un cantante soul de sinceridad brutal. Deja el pellejo en temas como ‘Algiers’; ensaya distintos papeles en ‘Lost in the woods’, una canción de talante cinematográfico, especie de marcha soterrada que luego se convierte en una hermosa melodía dream pop. ‘The Lottery’ funde rock épico con programaciones y densos sintetizadores, en uno de los títulos imprescindibles del álbum. ‘Can rova’, pieza acústica exquisitamente decorada, resulta sobrecogedora y sorprendente hacia el remate, cuando se torna electrónica sin perder el trazo orgánico. El final con ‘The sesticks’ apuesta por la grandilocuencia y el dramatismo de complejo montaje.
Si las extensas pausas garantizaran siempre esta calidad al momento del regreso al estudio, deberían ser obligatorias en muchísimos artistas. “Do to the beast” concita más que una vuelta digna, sino experiencia aprovechada y una renovada capacidad expresiva en The Afghan Whigs. Esta gente hace rock como ojalá siempre se practicara. Conjuran sentimiento, ambición y pasión por la música.
Por Bernardo Devia.
Si deseas escuchar su nuevo disco, haz click aquí:
No hay comentarios:
Publicar un comentario