miércoles, 27 de agosto de 2014

SOBREVIVIENTE DEL SUICIDIO

Ya no hablo mucho sobre eso en estos días, hasta tal punto en que se siente como si hubiera ocurrido hace toda una vida atrás. 

La curación es un proceso largo y desconsolado. Hubo momentos en que me sentía muy sola en mi dolor y momentos en que me sentí perdida y confundida. El problema con el suicidio es que nadie sabe qué decir. Nadie sabe cómo reaccionar. Así que sonríen e intentan lograr distracción del tema, pero nunca lo mencionan. Pareciera que los sobrevivientes fueran dejados viviendo por si mismos.

Experimenté interminables oleadas de emociones en los días, semanas, meses e incluso años después de la muerte de mi padre. Los “qué pasaría si” me mantuvieron despierta por las noches, lo cual me dejó enfrentando cada día en un estado de agotamiento perpetuo. ¿Qué hubiera pasado si hubiera contestado el teléfono esa noche? ¿El sonido de mi voz lo hubiera hecho reconsiderar su decisión? ¿Lo hubiera hecho posteriormente de todos modos? Culpa del sobreviviente, efectivamente.

A veces, lloraba. A veces, me sentaba inmóvil observando las olas estrellarse en Main Beach, como esperando una señal de mi padre diciendo que estaba bien. A veces, en silencio me regañaba por no ver las señales de advertencia. A veces, negociaba con Dios o con cualquier otra persona que estuviese a cargo allí arriba. Tráelo de vuelta con nosotros. Por favor, simplemente tráelo de vuelta. A veces me enojaba. ¿¡Por qué nosotros!? ¿¡Por qué yo!? ¿¡Por qué él!?

Sí, tuve una serie de emociones antes de estar en paz con la pérdida. Pero un pensamiento que nunca (ni siquiera por un segundo) se me pasó por la mente, fue esta opinión mal informada de que el suicidio es egoísta. El suicidio es un montón de cosas, pero egoísta no es una de ellas.

El suicidio es una decisión tomada a base de desesperación, desesperanza, aislamiento y soledad. El agujero negro que es la depresión clínica, lo consume todo. Sentirse como una carga para sus seres queridos, sentir que no hay manera de salir, sentirse atrapado y sentirse aislados, son todos sentimientos comunes entre las personas que sufren de depresión.

La gente que dice que el suicidio es egoísta siempre hace referencia a los sobrevivientes. “Es egoísta dejar hijos, cónyuges y otros miembros de la familia atrás”, dicen, “sin embargo, no están pensando en los sobrevivientes”. Lo que ellos no saben, es que esos seres queridos son la razón por la que muchas personas depresivas se aferran a la vida, aunque sea por un día más. Ellos piensan en los sobrevivientes, probablemente hasta el último momento. Pero la depresión aplastante que los envuelve los hace sentirse como si no hubiera otra alternativa. Eso sí que es un pensamiento devastador de soportar.

Hasta que no hayan vivido semejante nivel de depresión, hasta que no hayan perdido su alma a un mar de vacío y oscuridad…no tienen derecho tales comentarios. Es posible que no entiendan, y sin duda tienen derecho a sus propios sentimientos, pero hacer esos juicios y difundir ese tipo de negatividad no ayudará a la siguiente persona que sufra de depresión. De hecho, sólo la perjudicará.

Mientras el mundo llora la pérdida de Robin Williams, gente en todas partes está sintiéndose indefensa y confundida. ¿Cómo puede alguien que parece tan feliz estar en realidad tan deprimido? La verdad es que muchas, muchas personas se enfrentan a la misma lucha todos los días. Algunos se suicidan. Algunos lo intentarán. Y algunos harán lo posible por salvar sus vidas. La mayoría no será capaz de pedir la ayuda que necesitan para superar su enfermedad mental.


Tú puedes ayudar


Conoce las señales de advertencia de suicidio. 50-75% de las personas que intentan suicidarse comunican su intención a alguien. Escucha cuando la gente habla. Has contacto visual. Transmite empatía. Y por el amor a la vida, ¡deja ese ridículo teléfono inteligente y sé humano!

Visita seguido a tus amigos que luchan contra la depresión. Incluso si no contestan el teléfono o vienen a la puerta, has un esfuerzo para hacerles saber que estás allí. La amistad no se trata de salvar almas perdidas; la amistad se trata de escuchar y estar presente.

Contacta a los sobrevivientes del suicidio. Practica, con ellos el uso de las palabras “suicidio” y “depresión”, para que sea tan fácil usarlas como “unicornios” y “goma de mascar”. Escúchalos mientras cuentan sus historias. Toma sus manos. Se amable con ellos. Y abrázalos cada vez.

Incentiva la ayuda. No tengas miedo de hacer check in una y otra vez. No tenga miedo de expresar tu preocupación. Una conexión humana puede hacer una gran diferencia en la vida de alguien que está luchando con una enfermedad mental.

30.000 personas se suicidan y 750.000 lo intentan cada año, sólo en los Estados Unidos. Es hora de crear conciencia, aumentar la empatía y bondad, y llevar esos números.

Soy una sobreviviente de suicidio.


Este artículo fue redactado por Katie Hurley, psicoterapeuta de niños y adultos.

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