jueves, 27 de noviembre de 2014

LOS PROFESORES Y EL MOVIMIENTO LIBERTARIO (1922-1932)

El siguiente es un extracto del libro de Víctor Muñoz Cortés, Sin Dios ni patrones. Historia, diversidad y conflictos del anarquismo en la región chilena. 1890-1990, de la editorial Mar y Tierra, editado en Valparaíso, 2013. Constituye un acercamiento y revalorización de las ideas anarquistas dentro de los diferentes movimientos sociales en la historia de la región chilena. En este extracto se muestra la influencia libertaria en organizaciones de profesores. Un aporte sin duda interesante en la actualidad, cuando las protestas del magisterio se extienden por toda la región chilena. Al final del texto dejamos el link para la descarga del libro completo.

Así como a los estudiantes, la impronta ácrata también marcó a una generación de maestros chilenos, sobre todo a través de la Asociación General de Profesores (AGP). La AGP fue una federación nacional que llegó a contar con unos diez mil afiliados y afiliadas. Desde su fundación en 1922 sostuvo una vida bien agitada en los aspectos culturales y sindicales, cuestión que le significó varios momentos de tensión con las autoridades y la constante difamación por parte de la prensa y los congresales más conservadores. Además de abogar por la reforma estructural del sistema de enseñanza (exigiendo la marginación del Estado en ello), bregar por la Escuela Nueva, defender a sus afiliados, crear escuelas nocturnas para obreros y luchar por la defensa de los niños, se unió varias veces a las organizaciones laborales para defender las libertades públicas amenazadas por las políticas represivas gubernamentales y para denunciar las diversas injusticias del capitalismo. Allí profesores y libertarios supieron encontrarse.

La AGP, desde luego, no era una organización anarcosindicalista. Más bien habría que indicar que al igual que la FECH fue muy influenciada por el ambiente cultural libertario existente entre los elementos avanzados de la época. Aunque quizás su amplia estructura orgánica federalista, su desconfianza frente a la función educacional del Estado, su internacionalismo y antimilitarismo, su oposición a la jerarquía como principio regidor de la organización de la enseñanza y su visceral combate a la presencia de partidos políticos en la Asociación, tengan innegable ligazón con el campo libertario. Cabe indicar también que en su revista Nuevos Rumbos (1922-1926) aparecieron numerosos textos de reconocidos ácratas, además de los escritos bien libertarios de Daniel Baeza. Por último, en la Asociación también había algunos profesores declaradamente anarquistas.

Las organizaciones laborales libertarias observaron con simpatía los nuevos rumbos emprendidos por el magisterio primario. La IWW y otras entidades sindicales afines participaron en varios comicios organizados por la AGP e incluso llevaron delegados a las Convenciones provinciales de esta organización de profesores. La AGP, por su parte, también envió representantes a congresos de los anarcosindicalistas.

Un hito importante en la unión de los profesores organizados con los gremios libertarios fue la Convención Provincial Extraordinaria de los Profesores y Asalariados del 23 de mayo de 1925 en Valparaíso. Ésta había sido el fruto de un esfuerzo anterior de acercamiento que se había reflejado en mítines comunes (18 de mayo de 1925) y en la creación conjunta del Comité Pro Reconstrucción de la Educación Primaria. La principal fuerza obrera invitada por los profesores fue la anarco-sindicalista Unión Sindical de Organizaciones Autónomas de Valparaíso y Viña del Mar y otros gremios libertarios como la Unión Sindical de Panificadores de Valparaíso y Viña del Mar, la Liga de Arrendatarios en Resistencia y la Unión Local de la IWW. 

Ante la negativa del gobierno a tratar los temas de la reforma de la enseñanza, los obreros y profesores reunidos en la Convención aprobaron la siguiente y polémica moción:

“Que habiendo agotado la Asociación todos los medios indirectos o legales derivados de su propia fuerza, no cabe ahora sino agotar los medios directos de las fuerzas asalariadas organizadas. En consecuencia, reclama la atención sobre la necesidad de cimentar la unión de los elementos asalariados tendiente a formar una fuerza capaz de vencer la resistencia del Estado”.

Se acordó trabajar en pro de una huelga general nacional dentro de los próximos treinta días para impulsar la reforma. Como la concurrencia al encuentro era heterogénea y se necesitaba mantener una relación estrecha con los asalariados, la AGP acordó quedarse con las organizaciones afines, excluyendo aquellos que “sustenten o estén afiliados a colectividades políticas”. Tal medida selló la unión de los profesores con los libertarios, al tiempo en que les separó de los comunistas.

El acuerdo sobre la futura huelga general y otras mociones aclamadas (Estudio del esperanto, inclusión de las familias al proceso de enseñanza, vinculación de los profesores a las organizaciones sociales, guerra al analfabetismo), más algunos hechos precedentes como la negativa de los profesores de hacer participar a los niños en actos patrióticos, crearon una terrible imagen sobre los profesores. De hecho, la prensa conservadora con El Diario Ilustrado a la cabeza, realizó una persistente campaña en su contra. Y tras la Convención de Mayo siete dirigentes de la AGP fueron exonerados.

Entre 1925 y 1927 libertarios y profesores se unieron en las campañas internacionales por la libertad de los presos anarquistas Sacco y Vanzetti en Estados Unidos, y Durruti, Ascaso y Jover en Francia.

La Dictadura de Ibáñez (1927-1931) acabó con el impulso orgánico y contestatario de la AGP. Algunos de sus dirigentes se hicieron devotos del régimen, mientras que otros fueron perseguidos. Tras la caída de aquel gobierno en 1931, hubo intentos por reagruparla con escasos resultados duraderos. Entonces la AGP y los anarquistas volvieron a confluir en varias conferencias y campañas. En enero de 1932 se realizó la Sexta Convención Nacional de la organización en Chillán, a la cual acudió la Confederación General de Trabajadores, la nueva central libertaria. Allí se condenó la colaboración con la dictadura y se perfeccionó el programa de la Asociación. Sin embargo, un importante sector vinculado al Partido Comunista, se escindió y fundó la Federación de Maestros. Desde entonces, esa organización y los socialistas más tarde, fueron hegemonizando en el interior del gremio de profesores.


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