martes, 13 de enero de 2015

DAVID BOWIE - NOTHING HAS CHANGED

Como hay tantas recopilaciones de David Bowie, ya no basta con etiquetas genéricas tipo "Best of" o "Greatest hits" para enganchar compradores, sino que se requiere cierto nivel de conceptualización. 

En el 2002, por ejemplo, "The best of Bowie" fue editado en 21 versiones distintas que variaban según el gusto de cada país, y ahora en "Nothing has changed" el truco consiste en ofrecer un recorrido en marcha atrás. La reversa parte con la novísima 'Sue (or in a season of crime)', una alucinación jazzera desmarcada por completo de lo expuesto el año pasado en "The next day", y termina con el primer single que el proteico solista lanzó en su vida, 'Liza Jane', una grabación de 1964, cuando aún no era mayor de edad y se hacía llamar Davie Jones.

Por supuesto, resumir una carrera inabarcable como la de Bowie es imposible (prueba número uno: la existencia de más de 40 compilados que intentan acotarla), y esta colección triple tiene errores garrafales y omisiones odiosas como todas las retrospectivas anteriores, excepto "iSelect" de 2008 que solo respondía al gusto personal del ex Ziggy Stardust. Aterra la inclusión del bochornoso -¡y tan poco representativo!- cover para 'Dancing in the streets', un single de las chicas Motown Martha and the Vandellas hecho trizas con Mick Jagger en calidad de cómplice. Y peor impresión causa que la sagrada trilogía de Berlín haya sido reducida a un tema por disco: "Low", "Heroes" y "Lodger" quedan limitados al mismo espacio que el inédito e irrelevante "Toy".

Aunque Bowie deteste su época de Duque Blanco, marcada por la paranoia que le generaba el consumo excesivo de cocaína y por su odio hacia el reventado entorno de Los Angeles, resulta difícil de entender que de "Station to station" se rescate solo 'Golden years'. De ese magno disco también aparece la sobrecogedora 'Wild is the wind', pero en una remezcla posterior (de 2010, a cargo de Harry Maslin), o sea, igual tratamiento que el otorgado a una obra menor y vilipendiada como "Never let me down", defendida por 'Time will crawl' en la reivindicatoria versión MM lanzada en 2008.

Con todo, "Nothing has changed" sirve para sopesar el impacto de un cantante arraigado en la cultura pop. Incluye 'The man who sold the world', versionada por Nirvana en su acústico para MTV; 'Young Americans', cubierta por World Party en la banda sonora de la película "Reality bites" bajo el título 'When you come back to me'; un esquivo registro de 'All the young dudes' previo a su popularización vía Mott the Hoople; 'Fame', escrita con John Lennon en base a una idea para guitarra del imprescindible Carlos Alomar; 'This is not America', en compañía de Pat Metheny Group; la archifamosa 'Under pressure' con Queen; 'Hello spaceboy' en la lectura de los Pet Shop Boys y 'I'm afraid of Americans' pasada por el filtro de Trent Reznor. Quizás en reconocimiento de su propia importancia, Bowie se cita a sí mismo: la remezcla de James Murphy, el ex líder de LCD Soundsystem, para 'Love is lost' alude a 'Ashes to ashes', que a su vez menciona en la letra al Sargento Tom, protagonista de 'Space oddity'. Tras un baño de cuatro horas en su genialidad, cualquier autoreferencia se perdona: si alguien tiene derecho a hacerlo, es él.






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