Durante el 2015 hemos sido testigos de como una bolsa de mierda ha reventado, destapando los juegos sucios de la clase política y empresarial. Los casos PENTA y Davalos-Cabal han copado la agenda noticiosa.
No nos vamos a extender aquí explicando en qué consisten, ya que todos lo tenemos más o menos claro. Pero, para hacerla corta, el caso PENTA desnudó el chanchullo entre políticos y empresarios a la hora de transferirse dineros, influencias y favores, y el caso Davalos-Cabal es el ejemplo de cómo las dinastías políticas se enriquecen en función de sus lazos de sangre, en este caso el hijito de la presidenta haciéndose multimillonario a través de acuerdos truchos.
Al igual que la mayoría de la población, creemos que estos personajes merecen un castigo, pero nosotros nos preguntamos ¿acaso son los únicos que merecen un castigo? Para nosotros no es necesario que se destapen sus redes de corrupción para indignarnos, porque entendemos que es todo el sistema el que está corrupto, y se viene pudriéndose hace tiempo.
¿Acaso hay empresarios o políticos honrados? ¿quién puede seguir creyendo eso hoy en día? Tal como dijo uno de los fundadores del anarquismo, consideramos que “la propiedad es un robo”, y en ese sentido cualquiera que acumule capital (legal o ilegalmente) a costa de la explotación, merece ser tratado como lo que es: UN LADRON. Y tal como lo dijo alguna vez uno de los padres del comunismo, quien se enriquece solo puede hacerlo a costa de los demás, lucrando a través de la fuerza de trabajo de las personas, robando el producto de nuestro esfuerzo. No hace falta que se destapen redes de corrupción para indignarnos, la clase empresarial y en colusión con las clase política, viene hace siglos robándonos la vida.
El ciudadanismo, esa balsa amorfa de aspirantes a un capitalismo más “amable, verde y humano”, a copado los medios haciendo propuestas para acabar con el “flagelo de la corrupción”. Han planteado la necesidad de mayor fiscalización a los políticos y empresarios, así como nuevas leyes más estrictas. ¿pero de qué hablan? ¿acaso creen que haciendo nuevas leyes van a acabar con el robo descriteriado de burgueses y políticos? Las leyes siempre han sido impuestas por el Estado, y el Estado es controlado por la clase dominante. La legalidad actual no es producto de un “acuerdo ciudadano”, un “espíritu de justicia” u otra ilusión idealista, la legalidad actual es producto de siglos de dominación, y en el caso más reciente de nuestro país es producto del golpe fascista de 1973 que impuso las nuevas condiciones legales del robo generalizado. Pretender cambiar el sistema con legalismos es olvidar que toda transformación radical ha venido de la acción directa de las comunidades, acciones que mayoritariamente han sido ilegales. No se trata de hacer una apología al ilegalismo, sino decir que a diferencia de los ciudadanistas, no nos aproblema ni nos asusta romper las leyes para emanciparnos, de hecho nos causa hasta placer, porque sabemos que este es el único camino para cambios radicales y recuperar nuestra vida, y también porque sabemos bien que lo legitimo no es sinónimo de lo legal.
Otros ilusos (que pueden tener las mejores intenciones) creen que la solución es cambiar a los políticos corruptos por otros bonachones y al servicio de los ciudadanos ¡Que terrible ilusión! Esta gente no se cansa de tropezar con la misma piedra. Olvidan que el problema no son los políticos corruptos, sino que hayan transformado la política en un asunto de pocos, de los partidos, de los especialistas. Nosotros no queremos políticos honrados, queremos que la política deje de ser el monopolio de una minoría, y comenzar a tomar las decisiones en nuestro día a día, a través de una política del cotidiano ejercida por las propias comunidades a través de la auto-organización.
Otros inocentes, felicitan a fiscales y jueces por mandar a unos cuantos burgueses a la cárcel. Esto es un pelo de la cola en relación a la cantidad de fechorías en la que estos funcionarios hacen la vista gorda. No hay que olvidar que el poder judicial, el mismo que hoy felicitan, es el que protege día a día la normalidad capitalista, el mismo que protegió a los torturadores, golpistas y asesinos que operaron durante la dictadura neoliberal. Esta actitud de mandar a un puñadito de burgueses a la cárcel no es más que un lavado de imagen para su institución. Al igual que en política creemos que el problema es que un grupo de especialistas se hace cargo de la Justicia, cuando esto debiera ser un asunto de la comunidad. Si la justicia fuera administrada de forma comunitaria por la población auto-organizada hace rato que los ricos estarían encerrados, expropiados y con la cancha bien rayadita. Nos dan risa y rabia esos castigos en donde se manda a unos pocos burgueses a cárceles de lujo mientras miles de pobres se hacinan en cárceles inhumanas.
Dejar de aplicar parches al modelo es fundamental. Políticos y empresarios siempre estarán aliados, es un asunto de solidaridad de clase, ellos saben que pertenecen al mismo bando y se protegerán a toda costa (acaso no es el mejor ejemplo el mensaje de apoyo de Hasbun a los empresarios de PENTA cuando ni siquiera se conocían). Aquellos que se indignan porque se robe ilegalmente a través de la corrupción, olvidan que el robo legal se perpetra hace siglos, cuando una clase con nombre y apellido: LA BURGUESIA, se apoderó de nuestras vidas. Nuestro mensaje pretende generalizar el sabotaje en todas las esferas de nuestra vida, emancipandonos como comunidad en todas nuestras relaciones cotidianas, construyendo de forma conjunta el nuevo mundo que soñamos.
No más ilusiones ciudadanistas ni chillidos por un capitalismo más humano.
La única solución es la acción directa y la auto-organización de las comunidades.
No queremos migajas, lo queremos todo.
A construir el comunismo y la anarquía aquí y ahora.
Corriente Comunista anárquica del Bio-Bio
Marzo de 2015
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