miércoles, 22 de abril de 2015

ASESINO DE VÍCTOR JARA SERÁ JUZGADO

Han pasado más de 40 años para que Pedro Pablo Barrientos, el autor directo del crimen del cantautor popular Víctor Jara, sea juzgado por una corte al norte de Florida, en Estados Unidos. El ahora retirado coronel Barrientos es el último de los responsables del asesinato de Jara que hará frente a la Justicia; en Chile otros seis ex militares ya han sido procesados.

La mañana del 11 de septiembre de 1973, Víctor Lidio Jara Martínez tenía planificado cantar en un acto de Salvador Allende en el campus de la Universidad Técnica del Estado (UTE), donde el Presidente pensaba llamar a un plebiscito para que el pueblo decidiera si seguía o no en el poder. El acto estaba fijado para las 12 horas.

El músico Víctor Jara y también militante del Partido Comunista –según texto de la Nación Chile- llegó a las 11 con su guitarra y los organizadores del acto de Allende le preguntaron si no sabía lo que estaba pasando. “Claro que sé, pero oí por la radio Magallanes que había que ir a sus puestos de trabajo. Bueno, yo trabajo acá y acá estoy”, respondió el cantautor, que también era director teatral de la UTE. Tenía 40 años.

Tras el toque de queda de las 2 de la tarde, cerca de 200 académicos, estudiantes y funcionarios –incluido Jara- decidieron quedarse. En la madrugada del 12, los militares asaltaron a balazos la UTE y a punta de metralletas sacaron del campus a los detenidos. Los subieron a golpes a buses de la locomoción colectiva y los llevaron al Estadio Chile.

A partir de ahí empezó el bestial crimen, el cantautor fue torturado y acribillado por los militares. Le machacaron los dedos a culatazos para que no volviera a tocar la guitarra y después jugaron a la ruleta rusa con él.

Después de ser hallado a un costado del Cementerio Metropolitano, el cuerpo de Víctor Jara fue llevado al entonces Instituto Médico Legal, donde un trabajador de militancia comunista lo recono­ció y avisó a su esposa Joan Turner, antes de que lo sepultaran en una fosa co­mún. Su compañera y sus dos hijas pequeñas lo enterraron silenciosamente en un humilde nicho del Cementerio General.

A mediados de los años 80, Joan Jara –quien trabajó como coreógrafa en algunas obras musicales y teatrales del artista, junto a Amanda, la hija de ambos, iniciaron las acciones judiciales para perseguir a los responsables del asesinato.

Ya en la década de los 90 –menciona el diario ABC.es- por los relatos de exprisioneros, la Justicia pudo dar con la identidad de “El Príncipe”, un oficial que se destacó por la crueldad de las torturas y malos tratos que propinó a los prisioneros del Estadio Chile. Se trataba del coronel de Ejército –ahora retirado- Edwin Dimter Bianchi. Luego serían identificados el resto de los responsables, entre ellos el teniente Pedro Pablo Barrientos.

Finalmente Joan Jara se manifestó satisfecha por el juicio contra Barrientos, mientras en Florida el Centro de Justicia y Responsabilidad dijo que es decepcionante que la justicia estadounidense desestimara calificar el crimen como de lesa humanidad, ya que estos son imprescriptibles y tienen penas más altas, que además no pueden ser amnistiados, como sucede en Chile con las más de tres mil víctimas que dejó el régimen del general Pinochet.

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