lunes, 20 de abril de 2015

VAN HALEN - TOKYO DOME LIVE IN CONCERT

Pregunta a cualquier guitarrista de rock por Van Halen y verás una sonrisa. A estas alturas, es la banda liderada por uno de los intérpretes de las seis cuerdas más influyentes de los últimos 35 años. 

Eddie puso a generaciones completas a practicar con devoción monacal, intrigadas por reproducir el sonido y la técnica de un artista empecinado en exigirse técnicamente al máximo, lo mismo al injertar su instrumento como criatura frankensteiniana, martillando, soldando sus propios efectos, y reventando amplificadores si era necesario, en la búsqueda de un sonido diferente.

En los videos de la banda californiana, todo parecía una joda, una fiesta, con un David Lee Roth que combinaba movimientos de cheerleader, artes marciales y los contoneos de una nudista de Sunset Strip; un batero como Alex Van Halen, con golpe y sonido identificable al instante, y un bajista como Michael Anthony, que el tiempo ha demostrado su rol de arma secreta: sus coros eran la armonía perfecta para ese costado pop de la música que fabricaban. Esa voz ya no milita y su ausencia resalta como el pecado mayor de este álbum doble en vivo, por cierto, el primero con David Lee Roth. El registro es del 21 de junio de 2013 en el Tokyo Dome, parte del nuevo capítulo del conjunto con el regreso del cantante original desde 2007, y el posicionamiento de Wolfgang Van Halen en las cuatro cuerdas.

El hijo de Eddie es un músico competente, de ejecución algo tosca y un sonido aún más apelotonado y denso que su predecesor, pero sale apenas airoso de la tarea de recrear el complemento vocal único de Michael Anthony. Su padre también suma en los coros, pero como ha dicho Sammy Hagar, los años de cigarrillo y alcohol dejaron huella en su garganta. Así, una de las rúbricas de la banda ha desaparecido.

Para los fans de la época de Lee Roth, el listado de temas es un virtual grandes éxitos entre 1978 y 1984 ejecutado macizamente, incluyendo 'Unchained', 'Runnin' with the Devil', 'Dance the Night Away', 'Hot for Teacher', 'Jump' y 'Panama', más un par de selecciones de "A Different Kind of Truth" (2012), la sosa 'Tatoo' y la potente 'She’s the Woman'. Eddie luce recuperado de sus demonios de graduación alcohólica y su desempeño en guitarra aflora fenomenal -el sonido es una delicia-, como Alex mantiene sus cualidades intactas. Es cierto que ninguno de los hermanos ha avanzado hacia nuevos territorios en las últimas dos décadas, pero en lo suyo, en la manera en que se ganaron sus lugares como instrumentistas excepcionales en el rock, no cabe reproche. David Lee Roth ya no puede con esos chillidos de animal en celo y también acomoda el fraseo -en 'Jump' es patente-, aunque sigue siendo un cantante singular. La banda continúa viva y vigente, sin ser la misma. Solo el cariño y la genialidad de Eddie permiten hacer vista gorda del condimento que falta en este reporte en directo. 






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