lunes, 4 de mayo de 2015

RINGO STARR - POSTCARDS FROM PARADISE

45 años después de The Beatles y 55 desde que abandonara la banda que lo vio debutar (llamada Rory Storm and the Hurricanes), facturar este “Postcards from Paradise” debe haber sido para Ringo Starr un recordatorio más, propio y ajeno, de su rol legendario en la cultura de la música pop. 

Y, por cierto, llega en el momento apropiado para convertirse en uno de varios hitos para Ringo este 2015: su cumpleaños 75, su inducción como solista al Salón de la Fama del Rock and Roll (innecesario citar la famosa camiseta de su "sobrina" Stella McCartney que rezaba "¡Ya era hora, mierda!") y una colección ad portas de fotos de su infancia, su etapa Beatles y algo más, muy bien titulada “Photograph”.

En líneas generales, estamos aquí frente una colección de canciones que entretiene porque suena tan familiar (y se trata de Ringo, no lo olviden). No obstante, sabemos que no ofrece absolutamente nada nuevo en lo musical. Y aun así, o pese a ello, es un paseo musicalmente reforzado por la All-Starr Band, un grupo de obreros de primera clase en el rock que acompañan en un paseo hecho a la medida de un hombre que a su edad todavía quiere hacer turismo y seguir coleccionando postales. Acreditar su muy estable relación con la actual All-Starr Band está de más, porque está claro que se trata de un grupo con el que ha establecido una relación sorprendente en el escenario y ahora traspasa su química musical a un registro.

De muestra, un botón: la evidencia del tema reggae pinkfloydiano llamado 'Island in the Sun', que es la primera canción escrita y tocada íntegramente por esta banda, compuesta por Richard Page, Gregg Rolie, Todd Rundgren, Steve Lukather, Warren Ham y Gregg Bissonette, y que le hace honor a su nombre, armada con una sensación jamaiquina y de sólidas armonías y sonido muy de finales de los 70. Otros temas destacados podrían ser la relajada y trippy 'You Bring the Party Down', en la que Lukather toma el control del asunto, ''No Looking Back' (una canción dedicada a su eterna Barbara Bach), la bailable 'Confirmation' y la funky 'Right Side of the Road'.

“Postcards from Paradise” contiene varios momentos significativos. Comienza con un regalo para los fans de Ringo, los que saben que antes de The Beatles militó en Rory Storm and The Hurricanes. Starr (en modalidad Pre-Beatles) evoca en 'Rory and The Hurricanes' un sonido de finales de los años 50, hasta con referencias a Tommy Steele, para crear un estado de ánimo y dar un excelente puntapié inicial para una placa llena de diversión. Como era de esperar, este es un disco que funciona como su perfecto reflejo, uno feliz, relajado, lleno de amigos y mensajes de paz y amor.

Muy de cerca, lo más llamativo resulta ser la canción principal llamada 'Postcards from Paradise', una que también se remonta medio siglo atrás, aunque con una peculiaridad: la letra se compone casi en su totalidad de títulos de canciones de The Beatles, hilvanando versos completos con estas. Puede ser un poco de luces y artificios, pero igual funciona porque musicalmente tiene una vibra beatlesca, un medio tiempo meditativo, que aparte incluye un solo de guitarra que es tan misteriosamente George Harrison que llega a ser extraño. Y en defensa de un Ringo que es capaz de sorprender con cosas más sofisticadas, está la sutil interacción de la guitarra y la batería en 'Bridges', que recuerda el vínculo entre Ringo y George.

Se puede ser condescendiente con el ex Beatle, argumentando que "suena bien para ser Ringo". Sin embargo, no se trata de profundizar sobre eso aquí. Ringo ha tratado durante décadas de ser escuchado por sus propios méritos, y si bien es cierto que tiene una voz expresiva y singular, y que cada canción en este nuevo disco se adapta bien a su alcance musical y resalta sus fortalezas, la labor es prácticamente imposible. Es escuchado con atención, pero no tomado tan en serio. ¿Cómo podría serlo? Para el, todo se trata de diversión, de rítmicas clásicas que construyen un groove, de muchas estrellas invitadas y de su mensaje eterno: las buenas vibras por sobre cualquier cosa. ¿Y que podría tener de malo? Es para envidiarlo, ser Ringo.






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