lunes, 17 de agosto de 2015

NEIL YOUNG + PROMISE OF THE REAL - THE MONSANTO YEARS

Es inusual, incluso en el mundo de Mr. "Inusual" Young, lo de alinear un álbum entero en torno a un tema tan puntual como el de Monsanto, clave corporativa que se escucha en casi todas las canciones del disco. 

La verdad es que lo conceptual de esta placa provee de mucha información en lo de asuntos de políticas ambientales y redunda en la importancia de entenderlas -y resistirlas- porque lo que el músico pretende hacer aquí es tejer una red de relaciones y conflictos entre ciudadanos y empresas con la agudeza de quien sabe de lo que habla. Y desde el enojo que provoca lo intolerable.

Qué duda cabe que Neil Young sabe escribir grandes canciones de protesta. Lo hizo en su momento cuando compuso 'Ohio' a pocos días de la muerte de manifestantes en la Universidad Estatal de Kent en 1970 y luego en un par de ocasiones con placas enteras que pretendían crear conciencia en tanto al negocio de la guerra. Si bien vale la pena apuntar que la era de oro de la canción de protesta fueron las décadas de los 60 y 70, tiempos en que el mismo  Young y Bob Dylan por ejemplo se esforzaron por transparentar varios casos y causas, es en el 2015 cuando vemos a Neil que vuelve a estar en la misma mientras Bob está en otra, haciendo a Frank Sinatra entre otras cosas.

En esta pasada el canadiense (que contó para estas sesiones con la ayuda de los hijos de Willie Nelson, Lukas y Micah, de la banda Promise of the Real) las emprende en contra de la empresa de biotecnología agrícola Monsanto y su uso indiscriminado de semillas modificadas genéticamente para producir cultivos más millonarios. Las letras de las canciones son en sí mismas un ensayo fascinante sobre el peligro de estos alimentos manipulados por la tecnología pero también sobre la desigualdad de los ingresos y el poder de las grandes empresas.

Pero es esta misma contundencia de letras la que convierte a las canciónes en algo empalagoso: "Ellos votan y nadie se emociona," -declara Young en 'Big Box'- "porque son ciudadanos unidos, la democracia aplastada." Hay momentos en que no encajan grandes estrofas y coros sobre todo cuando reitera el uso de las palabras "Walmart" o "Monsanto", esta última redundando al punto del cansancio, y cuando con un sarcasmo burlón malogrado le adjudica características humanas a estas mismas empresas: "Las corporaciones tienen sentimientos también".

Si bien la pasión con que Neil Young interpreta sigue ahí, quizá su innegable talento de letrista ha disminuido en cierta medida. Y esta denuncia por la "Era de Monsanto" encuentra a este músico de 69 años siendo muy literal en los versos que protestan por el despojo de Norteamérica a manos de grupos económicos y políticos corruptos. Abundan las quejas sobre cómo ellos están matando a los pequeños emprendedores campesinos, pero bien sabemos que esta "literalidad" cuando se repite en demasía rápidamente torna en consignas. Sin embargo, por mucho que a las letras le falten matices para que no suenen redundantes, gran parte de la música suena muy convincente.

Los fans de Neil Young, el de sus mejores momentos -o sea nada de experimentos extraños acá-, se encontrarán con temas como 'Wolf Moon', que aparte de ser un placer para los oídos con su relajada  ambientación acústica y cadencias de mandolina ofrece una precisa instantánea del real problema del calentamiento global y cómo se relaciona con acciones tomadas por Monsanto por ejemplo - y otras empresas afines. 'Wolf Moon' es evocadora y poderosa, pero se debilita en la medida que la lírica se convierte en algo explícitamente político. La mencionada 'Big Box' también despliega gruesos y sucios riffs de guitarra -a la Crazy Horse- como para flamear una bandera con orgullo frente a una suerte de Goliat que, por momentos, se figura demasiado grande como para desmoronarse, ni siquiera bajo la presión de la protesta.

El tema por cierto es una noticia en desarrollo, una discusión que gradualmente se está haciendo más visible pero queremos destacar el hecho musical, no el tema lírico: “Monsanto Years” puede fácilmente ser lo más convincente que Neil Young ha hecho en un buen tiempo. Se balancea inteligentemente en el equilibrio entre la composición y la performance y es la evidencia de que cuando este veterano se enfoca en algún tipo de rebelión, su motivación crece mucho. Y en estos nueve temas que denuncian nuestra ignorancia de la crisis medio ambiental, suena inspirado, en lo estrictamente musical.

"Workin' Man" con destreza utiliza algunas viñetas que funcionan para construir contexto con lo justo, y "Rules of Change", bombeada por una percusión de rítmica nativo americana, evoca la belleza de las llanura, otro lugar bastante visitado en la imaginería del canadiense. Siempre hemos admirado a Neil Young por ser de aquellos que toman una posición, tanto artística como política, de los que no van por la ruta fácil de "grandes éxitos", pero a estas canciones les hubiera hecho muy bien un enfoque lírico más sutil.

Por ejemplo 'A Rock Star Bucks a Coffee Shop' es sólida, sobretodo por su sentido del humor, pero una vez que modula desde lo lúdico a un coro de "Monsanto, permítele a nuestros agricultores que cultiven lo que deseen" y referencias a Starbucks y GMO el asunto empieza a desmoronarse: "Si, quiero un café, pero no quiero un GMO (Organismo Manipulado Genéticamente)/ Me gustaría partir el día sin la ayuda de Monsanto".

Young es también lo suficientemente realista como para abordar un problema fundamental en 'People Wanna Hear About Love', una alegre rockera que sugiere en su título que la gente se siente más atraída por el pop de canciones de amor que por temas que puedan convocar a un propósito global medioambiental  tanto más valioso. Y lo que mejor le resulta acá es que una retahíla de quejas van jugando como en contrapunto con el título de la canción y los dardos que van desde "no hablan de las corporaciones que secuestran tus derechos" a "tampoco de los plaguicidas que causan autismo en los niños". Lo importante es que el telón de fondo en lo musical es puro sonido Crazy Horse, como se escucha en todo el disco en realidad.

Luego de una apacible intro folk escuchamos "¿Es un mal día para hacer nada? ¿Con tanta gente necesitando de nuestra ayuda?" Es Neil Young quien verbaliza con estrépito en los primeros acordes de 'New Day for Love'. Así funciona este “Monsanto Years”, como un llamado a las armas y al rock de raíces esta vez plagado de una evocación combativa rebelde que recuerda a “Living with War” y al mismo ferviente celo de épocas pasadas como “This Note's for You” de 1988.

El canadiense lleva una vez más su ethos político al extremo y con pura redundante pasión -que tanto le celebramos- plantea una fuerte denuncia contra el sistema. Sea o no el mensaje algo que nos toque en lo personal, Neil Young va algo más allá en la articulación de un grito rebelde que intenta poner en la agenda pública uno de los temas de debate, que en la actualidad es un poco pasado por alto, más relevantes de nuestra generación.

Por eso la forma en que Young nos arrasa con este aluvión de problemas reales, como el calentamiento global, la guerra, crímenes corporativos y el autismo global es tan irónica como real. La canción que cierra el disco, una cargada de riffs country rock llamada 'I Don't Know' remata con un tema similar, el de la incertidumbre de no saber, pero con la certeza del mantra que repite en nuestras almas: "Las venas, la sangre de la tierra".

Neil no es otra cosa que genuino tanto como lo es el rock que insiste en su carácter rebelde; el músico quiere honrar esa tradición y tal como Peter Pan  se niega a crecer y se permite el "gran berrinche". Más que nunca antes quiere sonar ruidoso -las comparaciones con Crazy Horse son pertinentes aquí- porque hay un mensaje que quiere traspasar aunque sea a fuerza de puro volumen. Este Neil Young es polémico y declamatorio en su mensaje, pero es de riffs y de ganchos del rock mas clásico y áspero que le hemos escuchado en años.

En esta, su ya trigésimo sexta entrega, se enfrenta con cualquier cosa que se atreva a cruzarse en su camino, digamos cualquier cosa que pueda ser percibida como anti democrática. Y aunque puede que su tono y falsete tan familiar ya no suene tan agudo y preciso, reconozcamos que cuando muchos de su generación ya están al borde del retiro, Young sigue lanzando discos como si el tiempo le urgiera a apurarse. Y Monsanto Years es su Rage Against the Machine, de hecho, perfectamente Monsanto Years podría haberse llamado así.






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