El problema surge desde que el Decano de la Facultad, Juan Carlos Espinoza, desconoce el acuerdo alcanzado en las mesas negociadoras con rectoría, el cual establecía que los universitarios podrían desinscribir asignaturas el día 22 de Septiembre. Esto era una garantía ante la movilización que fue levantada durante el primer semestre y que tuvo eje en la democratización.
Debido a lo anterior, los estudiantes no lograron botar los ramos correspondientes, culminando reprobados con causal de expulsión. Tras esto se elevaron multitudinarias cartas de reintegración, y de aquellas, más de doscientas fueron rechazadas el día de ayer. No se salvaron ni los de regiones, ni los enfermos. Incluso se relató el caso de un estudiante quien estaba con problemas al corazón con justificativo médico al que igualmente se le respondió de forma negativa.
Casos como el anterior abundan, por esto es que los apelantes están exigiendo conocer el criterio con el que se evaluó cada situación, pues es sabido que a todos los estudiantes que elevan solicitud por primera vez, se la aceptan.
Multitudinaria concentración en la FING
Entre las diez veinte y diez y media de la mañana entraron una serie de estudiantes afectados y representantes, junto a la Federación a una reunión con las autoridades. A la salida, esta declaró que la junta había sido sólo de carácter informativo y que a eso de las 15 hrs se reanudará la conversación con el Decanato y luego con el Rector Zolezzi. Además de afirmar que lo que estaba sucediendo era “una clara represión al movimiento estudiantil”, ya que no sólo se están desconociendo una serie de acuerdos, sino que también hay muchos casos en los que realmente, resulta absurda la eliminación.
Al parecer, las autoridades impulsaron esta medida para amedrentar a los estudiantes y la organización alcanzada durante el paro. Una especie de castigo ejemplar, que se alza ante los que osen, de nuevo, levantar un paro interno de tales características. Que mejor que atacar a la facultad más dubitativa de la universidad a la hora de movilizarse.
Sin embargo, es posible que la respuesta espontánea y coordinada de los estudiantes, que con la concentración de hoy se demostró tendiente a ver los casos en conjunto, les impida llevar hasta el final esta política de desvinculación masiva.
Una nueva respuesta e intento de separación
Es por esto que luego de la reunión efectuada durante la mañana, las autoridades emanaron una posición diferente. Reconocieron un “error” y dieron la posibilidad de que cada afectado emanará una nueva solicitud, sin necesidad de comprar estampilla, lo cual es un requerimiento regular. La apelación tendrá plazo hasta el próximo martes.
Entonces, se vaticina que la estrategia de las autoridades ahora apela a la división. Es decir, que cada uno de los estudiantes vea su situación en particular, de esta manera aceptar las reincorporaciones por primera vez, pero dejar a un resto de estudiantes que no cumplen estos requisitos afuera. Aclarando, a su vez, que esta segunda evaluación será definitiva y sin derecho a réplica.
Así es como las respuestas serán publicadas vía la plataforma virtual “LOA”.
Debates internos
Las juventudes políticas del gobierno, por su parte, expresaron que los estudiantes que tienen un mal historial académico (que elevan solicitud por más de una vez) no deben esperar que se les reincorpore. Pues el decanato mismo expuso que estas personas siquiera debiesen darse el tiempo de mandar la apelación.
Lo que pasan por alto es que el proceso de rechazo fue totalmente arbitrario y que el conflicto de hoy es responsabilidad de rectoría, por violar los acuerdos. No así de los estudiantes, que confiaban en desinscribir sus ramos el día 22 de septiembre, debido a un semestre marcado por la movilización de estudiantes y trabajadores.
Asimismo es como un representante estudiantil de Industria, perteneciente a la coalición de Bachelet, recomendó que cada persona evaluara su situación y que a quienes no se le diera posibilidad de reincorporación optaran cambiarse a Ejecución o al Tecnológico.
A su vez, pese a que hoy se los ingenieros se conglomeraron masivamente, existe una reticencia a la organización en unidad y tener de cabeza en ella a la FEUSACH, pues hay una fuerte desconfianza hacia el gremio. Por un lado, el sector más conservador se empapó del discurso, que intentan plasmar las autoridades, el de los “antiparo” y sus causales de fondo. Y por el otro es la desconfianza a los representantes que no supieron proteger a los estudiantes.
Y es que estas son las consecuencias de las debilidades de la política impulsada por la FEUSACH hacia finales de la movilización. Promoviendo su bajada, para cerrar los acuerdos “que habían” y confiando en las autoridades, que acababan de imponer un cierre de semestre arbitrario.
Finalmente, hoy en la tarde se espera la realización de un nuevo ampliado estudiantil, donde se tocará el conflicto. Para que ningún estudiante se vea perjudicado, la salida más sensata al aprieto es apostar a la unidad y organización en conjunto con otras facultades, pues esto no es sólo un ataque a la Facultad de Ingeniería, sino al movimiento de la USACH en su conjunto.
Por otro lado, también es importante ver el asunto estructural, pues es evidente que esto es indicio del autoritarismo universitario y del Rector, por el cual los estudiantes paralizaron tanto tiempo. Por esto es que es necesario democratizar la universidad para que nunca más se vuelvan a repetir estas represalias. Por esto también es que cada uno de los estudiantes debe tener la facultad de elegir por voto universal a sus autoridades. Por esto es que ningún estudiante debiera ser expulsado de la universidad.
Por Joselyn Encina.
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