miércoles, 13 de enero de 2016

FOO FIGHTERS - SAINT CECILIA EP

Como si no bastara con la justificación “humanitaria” a propósito de los atentados en Paris, Foo Fighters regala su nuevo EP, “Saint Cecilia” -la denominada patrona de la música- como una muestra de que la música es una forma de compartir amor. 

Esto se lee y se da por entendido en la sentida carta que Dave Grohl escribió delineando los logros de su banda en este último tiempo, sus luchas y lo más importante, el agradecimiento a sus fans por el apoyo incondicional. Algo de lo que Dave se alimenta a juzgar por su insistencia en tocar en vivo aunque su salud no lo acompañe tanto.

Es muy fácil para una banda tan grande olvidarse de las personas que los pusieron ahí en primer lugar y “Saint Cecilia” se instala no desde su gratuidad (aún puede ser descargado sin costo en su página) sino como una creación que es una renovada declaración de sinceras intenciones de transmitir esperanza, incluso de la manera más sutil, porque según Dave tal vez estas canciones "pueden traer un poco de luz a este mundo a veces oscuro” y en este tema Foo Fighters no decepciona.

Sobre los aspectos musicales del mini álbum, no hay mucha diferencia de lo que es el sonido Foo Fighters, sobre todo el de la era “Sonic Highways”, o sea “St. Cecilia” es un todo bien predecible. Da la impresión de que al no lidiar con el stress de hacer un álbum de la manera "habitual" los Foo Fighters se dieron permiso para retomar algunas ideas y piezas que habían sido dejadas de lado anteriormente y disfrazar toda la situación como un divertida sesión improvisada a la manera de un jam de músicos avezados. Pero “St .Cecilia” no suena como una improvisación, más bien son canciones rigurosamente estructuradas en la tradición de la banda.

La apertura de “St. Cecilia” es simple pero pegajosa, lo usual se sucede desde las voces limpias de Dave sobre una guitarra tranquila que luego del primer coro va creciendo en intensidad y que luego modula a otra sección que recuerda la raigambre más power pop de los Foos, aquella que está íntimamente relacionada con Cheap Trick. De hecho en el siguiente track, ‘Sean’, hay mucho más de eso: un rock apurado y bailable que en algo de su estructura se parece a la mejor (en todo caso) ‘The Feast and The Famine’, contenida en “Sonic Highways”. La siguiente pista, ‘Saviour Breath’, un juego de palabras para dar a entender que te ahorres la saliva, es bastante más pesada, con un riff a la Motörhead pero que no digamos que es algo novedoso para Dave.

Contrastando con las tres primeras canciones llega ‘Iron Rooster’, una lenta y más compleja que llama la atención por su onda media Tom Petty y que a propósito de eso, se las arregla para no caer en el plagio gratuito a los Heartbreakers como fuera el caso de aquel tema de la era Obama llamado ‘Wheels’. Pese a sus excelentes intenciones, el tema en algún lugar se deshilvana para caer en la irrelevancia. A diferencia de lo que acontece con el tema más anticipado del disco, ‘The Neverending Sigh’, resulta que la banda lo ocupó para la cuenta regresiva previa al lanzamiento de la sorpresa de lo que esta nueva colección de canciones estaba supuesta a ser, que es una gran canción que va creciendo mientras más la escuchas y a la que le toca cerrar el “St. Cecilia” hasta con cierta épica.

Foo Fighters no será muy diferente a cualquier otra cosa que ellos mismos hayan hecho, y su innovación en el aspecto sonoro en la escena rock hace tiempo que dejó de ser una sorpresa. Sin embargo, tienen una singular capacidad para estampar una sonrisa en la cara mientras los escuchas. Y si revisamos aquella promesa esbozada en las palabras aquellas -las de traer un poco de luz a lugares más oscuros- digamos que Dave Grohl no nos debe nada. Estamos en paz.





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