sábado, 27 de febrero de 2016

DREAM THEATER - THE ASTONISHING

Año 2285, un mundo futurista de tintes feudales, una sociedad injusta, reprimida y alienada que sólo concibe la música creada por los Nomacs (Noise Machine). Este es el argumento principal de la nueva experiencia que entrega Petrucci, Rudess, Myung, LaBrie y Mangini. 

Una historia estampada en dos discos y más de dos horas de canciones que dejan de lado el metal, en favor de composiciones donde brillan las baladas, los ritmos cadenciosos y un estilo cercano a lo hecho por la banda durante los noventa y principios de este milenio.

El álbum fue grabado en los Cove City Sound Studios de Nueva York (los mismos de las dos últimas placas y el “Train Of Thought”) junto al ingeniero Richard Chycki y comenzó a ser compuesto en enero de 2015 por John Petrucci, que presentó la idea a sus compañeros, para así comenzar una intensa travesía de musicalización de cada una de las complejas partes del magno concepto. Se trata de un disco de difícil digestión, extenso, a ratos repetitivo, que se recomienda escuchar leyendo la historia de cómo Gabriel logra restituir la paz en el Gran Imperio del Norte y obtener el amor de Faythe.

El álbum consta de dos partes. La primera comienza con la intro de los Nomacs descendiendo desde los cielos mostrando la supremacía del imperio, para dejar en el resto de los tracks la musicalización del relato de cómo un joven -que posee una extraordinaria habilidad musical- logra ganar adeptos y encantar al pueblo que ve en él la esperanza de revertir el difícil presente. La segunda parte, en tanto, va mostrando el desenlace de una historia de traición, muerte y fe en la música y el amor. Las canciones, si bien acompañan de buena manera el texto, podrían haber sido aún más versátiles, entregando puntos de quiebre que no sólo se noten en las líricas, sino también en la instrumentalización.

Pese a las pequeñas falencias, el álbum resulta una experiencia asombrosa, llena de detalles, emociones y viajes imaginarios que pretenden ser comparados con “Metropolis Pt. 2”, pero que a la larga se quedan en un muy buen intento. La historia enmarcada en 1928 está lejos de lo concebido en esta placa, pero al menos “The Astonishing” deja de manifiesto un vuelco de estilo que varios de los fanáticos más clásicos estaban esperando. Musicalmente el álbum no tiene canciones pesadas, como se proponía con fuerza desde el “Train Of Thought” en adelante, sino más bien predominan esas canciones que -por ejemplo- fueron compiladas en el “The Light Side”, disco dos del “Greatest Hits” de 2008.

Instrumentalmente, los norteamericanos juegan con ritmos progresivos de cortes setenteros, embalsamados con sentimentales ejecuciones que sirven de base perfecta para uno de los mejor evaluados esta vez, James LaBrie. El vocalista, a diferencia de las últimas placas (y más aún de sus actuaciones en vivo), no sobre exige su voz, dejando que su inigualable color de voz sea el verdadero protagonista. Su interpretación bordea lo perfecto y sólo se le podría haber pedido mayor trabajo a la hora de representar los distintos personajes de la obra.

Por su parte, el aspecto gráfico corre por cuenta de Jie Ma. El artista digital -de origen chino- logra un resultado futurista, que a ratos se siente demasiado distinto a la estética histórica de la banda, pero igualmente logra convencer. De hecho, en las versiones de lujo y en el mini-sitio del disco, puedes descubrir paisajes, personajes, videos y todo tipo de material audiovisual, que será necesario para comprender de mejor manera a “The Astonishing”.

Mucha agua ha corrido bajo el puente. Dream Theater presenta una placa extensa, compleja, que se congracia con el seguidor antiguo, pero que podría ser molesta para los que disfrutaban de una banda más cercana al metal. En este sentido se podría hablar de un álbum conservador, cercano a las raíces y con una personalidad que rememora los grandes clásicos, pero también es un registro atrevido, pues si no se escucha con detención podría resultar plano y con falta de vertiginosidad. Como varios otros de la discografía, este es un trabajo de guarda, que madura bien, por lo que la mejor recomendación es darle tiempo, paciencia y mucha atención, sólo así se podrá entender y disfrutar por completo esta gran obra que ya es catalogada como la mejor de los norteamericanos en la última década.





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