La portada del debut de Savages, "Silence Yourself", incluía una suerte de manifiesto, en tono de advertencia, acerca de los efectos negativos del bombardeo de información y estímulos al que estamos expuestos en un mundo hiperconectado.
De ahí el título del disco, traducible a "silénciate a ti mismo", y la subsecuente petición del grupo en sus conciertos: no sacar fotos y quitarle el sonido a los celulares, con el fin de sumergirse de lleno en la experiencia musical. El visceral "Silence Yourself" era un excelente álbum de post punk, tal vez el mejor en lo que va de esta década, pero es recién ahora en su segundo lanzamiento donde Savages consigue todo lo que ambicionó en primera instancia.
"Adore Life" no trae un bloque de texto en la carátula, pero la foto del puño en alto que la protagoniza ilustra más que cualquier explicación con palabras y, al mismo tiempo, deja el campo abierto para el surgimiento de interpretaciones. Es un punto inicial a favor de la banda y su noble cruzada: cautivar mediante la solidez de una propuesta artística sin echar mano a recursos burdos. El cuarteto se concentra en lo que sus miembros son capaces de realizar con sus instrumentos, y las posibilidades en este nuevo disco se amplían considerablemente respecto a lo mostrado hace tres años. Aflora una versatilidad nunca insinuada en "Silence Yourself": la canción más representativa de aquel comodín que tenían guardado bajo la manga es 'Adore', que se arrastra con lentitud penetrando la psiquis, quemando la piel, con una Jehnny Beth que pregunta "¿es humano adorar la vida?" una y otra vez, como si fuese una Siouxsie blusera en plena crisis existencial.
Tomando en cuenta el bagaje de Beth, una actriz francesa cuyo nombre verdadero es Camille Berthomier, resulta comprensible que su desempeño como vocalista se enfoque en la performance dramática más que en el rendimiento puramente técnico. Desde el día uno, Savages tiene como fin la consecución de reacciones emotivas y esa meta se cumple a cabalidad en el estirón que representa "Adore Life", en el que la MVP o jugadora más valiosa es la guitarrista Gemma Thompson, una estudiosa de las seis cuerdas, eficiente en cada situación donde es puesta. Savages firma un esperanzador disco de carácter, si tenemos que adivinarlo, transicional, que establece la capacidad de la banda para desenvolverse con soltura en contextos tan distintos entre sí como la agresiva 'The Answer' y la más abstracta 'Slowing Down the World', y asimismo apoderarse de lenguajes tan aparentemente lejanos a ellas como la música disco ('Evil'). De todos modos, después de sucumbir frente a las apabullantes 'Sad Person' y 'T.I.W.Y.G.', no podemos ignorar que la mejor versión de Savages sigue siendo la que más se parece a "Silence Yourself".
Por Andrés Panes.
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