sábado, 13 de agosto de 2016

DESTINO TANGO: TANGO Y ANARQUÍA

Reportaje sobre la relación entre el tango, el anarquismo y los anarquistas. Muchos poetas crecieron, trabajaron y soñaron en los mismos lugares donde aquellos más involucrados con las ideas libertarias vivían, sentían o transitaban. 

El Quinteto Negro La Boca y el historiador Osvaldo Bayer escribieron un disco de tangos dedicado a la historia del anarquismo en la Argentina. El resultado son doce canciones potentes, una lírica cargada de épica y coraje, un cruce de sentidos entre el tango y géneros que, a esta altura del partido, ya son primos o al menos compañeros de ruta.

Tango y anarquía, música para los ideales, igualdad en libertad son las consignas que el Quinteto Negro parece cumplir dentro y fuera del disco, arriba del escenario y debajo, cuado la vida toma examen. Las veredas que no se quieren ahogar flotan sobre el nivel del río. Subsisten precarios conventillos centenarios con su pino tea cansada. Una parrilla de tanque, banderines, un 24 horas con los estantes a medio llenar, una fonda turbia con perfume a tuco. La boca es un barrio sin maquillaje donde la postal se abre de un tajo quince metros más allá del estadio emblema, tironeado entre la pasión popular y la avaricia patronal.

 El tango flota en la niebla espesa de la garganta de Rivero cimbrando al Riachuelo, a los barcos cargados de gallegos, rusos y genoveces, a ese bandoneón primero goteando la sonoridad que en los próximos años identificará mundialmente a la cruz del sur. Y el anarquismo como punta de lanza de un movimiento obrero que hizo temblar los cimientos de la pirámide: Estado-burguesía-iglesia. Que fue hegemónico en las revueltas sociales hasta los años treinta, cuando el tango afilaba la hoja para entrar en su edad de oro. Puestas así las cartas sobre la mesa el cruce no parece caprichoso, es más, ¿por qué no se hizo antes? Ahí donde Pinzón estrella su carabela contra los manchones de Pérez Celis, tres pibes juegan a los pases, la motoneta de las pizzas deja su carga de harina y muzza y dos vecinos escuchan desde la vereda a una orquesta de tango que ensaya en un balcón del primer piso. 


El documental lo puedes ver aquí:


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