La séptima placa de los escoceses Biffy Clyro, "Ellipsis", llega con la producción de Rich Costey (Muse, Rage Against The Machine, Weezer), rompiendo la tradición de años junto a Garth "GGGarth" Richardson.
El power trío, que había intentado superar el éxito de crítica de "Only Revolutions" (2009, nominado al Mercury Prize) con el ambicioso y demandante doble "Opposites" (2013), esta vez se vuelca hacia lo opuesto, entregando un álbum compacto, lacónico, y por sobre todo, pop.
"¡Graba esto!" es la frase inicial de la placa, y aquél frenesí con vocación de himno de 'Wolves of Winter', la hace parecer más violenta de lo que termina siendo en realidad. Ciertamente, no hace falta recorrer mucho camino para encontrarse con el inmediatismo de 'Friends and Enemies' y 'Animal Style', o el emo-prog radial de 'Herex'.
A pesar de ello, habitan dentro de este colapso identitario instantes de lucidez y por sobre todo, de balance, y la gran mayoría hace su aparición en el segundo asalto: el arrebato mainstream de 'Flammable', la acústica y sencilla 'Medicine', la ácida 'On a Bang', la afable pero banal 'Small Wishes', esa intensidad Foo Fighters de 'Howl', y la clara 'People'.
“Nunca realmente romperé tu corazón, solamente re-organizaré, el resto de las partes que funcionen estarán donde mismo", canta Simon Neil, en la balada digital 'Re-arrange', y en cierta forma, suena como una honesta declaración para los fans. Más que pretender ser camaleónicos a estas alturas, simplemente los de Kilmarnock están creciendo, y para ello requieren espacio. Se trata, literalmente, de una elipsis interna, de un vaciado de todo aquello que es redundante. Por mientras se ajustan las nuevas piezas de esta maquinaria, el álbum debe manejarse con cuidado, sobre todo por sus seguidores de hace más de diez años: un disco en rodaje.
Por Nuno Veloso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario