El nombre del nuevo disco de Chancho en Piedra, la primera colección de canciones originales que editan en siete años, es una especie de fórmula mágica, un abracadabra que condensa su identidad sibarita y gozadora.
Son varias las motivaciones detrás de "Funkybarítico hedónico fantástico", pero la principal es articular un discurso en torno al placer. En otros términos, una reivindicación del colorido, exuberante y sudoroso funk como actitud y método de sobrevivencia en la grisácea jungla de concreto.
Ubicada al comienzo, tal vez para instalar al grupo de lleno en el 2016, 'Vientre fuerte' apela a la contingencia: es una canción que busca soliviantar, que alienta y aplaude a las manifestaciones sociales, con especial énfasis en las protestas callejeras. "Fuerte, que salga la voz de tu vientre, da luz al sonido que viene desde tu interior, tenemos ya nuestra potencia y la fuerza que da la razón", plantea en un momento, para luego ser mucho menos abstracta: "estoy aburrido que estos frescos de raja, no muerdan el polvo y siempre saquen ventaja (...) con toda la energía hay que hacerlos pagar".
De ahí en más, Chancho en Piedra quedan enchufados al presente. Cantan, por ejemplo, acerca de ser papás en 'El mundo que nos tocó vivir', que va derecho a situarse entre sus mejores canciones suaves hasta que choca por intentar un truco peliagudo, usar un coro infantil, que no suena muy favorecedor pese a que, de seguro, ubicarlo ahí fue una decisión tomada por razones emotivas respetables. Aun así, cabe señalar que, desde un punto de vista conceptual, su utilización resulta coherente debido a la temática que aborda. 'El mundo que nos tocó vivir' es el 'Father and Son' de Chancho en Piedra: "Te quiero llevar a descubrir lo bueno del mundo que nos tocó vivir. Cuando sea un recuerdo, encontrarás mi voz dentro de ti". Mostrar el lado positivo de las cosas, por cierto, es una consigna en todo este disco.
Después de varios años tocando en vivo de forma constante -su hiato sólo fue discográfico-, el cuarteto ha definido a la perfección una idiosincrasia musical. La idea está amarradísima: "Funkybarítico, hedónico, fantástico" debe ser uno de sus títulos menos experimentales, pero los recursos de siempre son administrados de tal forma que, si bien suenan familiares, nunca evocan la imagen de unos veteranos empecinados en luchar contra el paso del tiempo. Es más, la señal que emite "Funkybarítico hedónico fantástico" es la de unos marranos cuarentones cómodos en su propia piel. Son críticos del presente (hablan del yoísmo en redes sociales, del estrés de vivir en una gran ciudad, de la gente retrógrada, entre otros asuntos), pero invitan a darle un giro a la situación y sacarle partido a lo bueno. Como en 'Mi mejor momento', el primer single, que describe cómo, en la compañía correcta, el plato de comida más corriente puede transformarse en una delicia de la alta cocina.
Por Andrés Panes.
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