jueves, 18 de mayo de 2017

BOB DYLAN - TRIPLICATE

La edición física de "Triplicate" trae un texto de Tom Piazza, el autor en el que Martin Scorsese confió para las notas del soundtrack de su serie documental "The Blues", un encargo que le valió al escritor un Grammy el 2003. En sus apuntes sobre Bob Dylan, Piazza exalta el valor de lo esencial: "puede tomar una vida aprender las cosas más importantes, y usualmente terminan siendo las más simples"

Toda esta última etapa de Dylan, su inesperada metamorfosis en un tributante del repertorio popularizado por Frank Sinatra, ha sido guiada por convicciones que van en la misma línea, principalmente la noción de que volver a lo básico es conectarse con algo trascendental. Tanto en "Shadows in the Night" como en "Fallen Angels", los discos antecesores que marcan la pauta de "Triplicate", el viejo cancionero que se rescata es tratado con un respeto imposible de encontrar en las adaptaciones de la actualidad. El propio Dylan, entrevistado por la revista de la Asociación Estadounidense de Jubilados hace un par de años, se mostró bastante crítico del trabajo de Rod Stewart, que en su etapa crooner no ha hecho más que seguir la caricaturesca fórmula vendedora de los arreglos aptos para un casino de Las Vegas.

Donde un sonriente crooner moderno tipo Michael Bublé es pompa y brillo que enceguece, como en 'The Best Is Yet to Come', el crepuscular Dylan de garganta rasgada es pura expresión y sentido en cada detalle. Su voz desfallece justo cuando debe cantar "we're gonna rain the cup dry", dándole un nuevo barniz a una frase que en español significa algo así como "vamos a drenar la copa hasta secarla" y que, perfectamente, podría aplicarse a su política de carrera en los últimos años, que ha sido beberse la vida hasta la última gota grabando monásticamente. Ubicado en un espacio en el que se difuminan las fronteras entre el jazz y el country, el sutil "Triplicate" es un disco triple, con cada una de sus partes identificada por un concepto más bien vago. Podría pensarse que el primer bloque, "'Til the Sun Goes Down", sería el reservado al existencialismo, con sus canciones de corte melancólico que hablan sobre la soledad ('It Gets Lonely Early') y lo que ya se fue ('This Nearly Was Mine'), pero en el tercer volumen, "Comin' Home Late", aparece 'Why Was I Born?', que básicamente es una clase elemental de filosofía con preguntas tan -de nuevo- básicas y trascendentales como "¿por qué nací?" y "¿por qué estoy viviendo?".

Salvo por uno que otro bronce muy ocasional y que nunca se vuelve pomposo, "Triplicate" fue interpretado por un acotado quinteto, el mismo que grabó los dos discos de covers anteriores, una banda cohesionada que toca con exquisitez y suavidad, cómplice perfecta para un Dylan que acaricia estas canciones con una dedicación que habla de auténtico cariño. Después de todo, está practicando una de sus especialidades: expresarse a través de las palabras de sus mayores, los músicos que existían antes del rock, tal como antes lo hizo con temas de Woody Guthrie o Bukka White. Aunque los años pasan sin clemencia, Bob Dylan se eleva a su máxima expresión en este "Triplicate" que, además, le permite seguir descolocando a cierto segmento del público, como lo viene haciendo hace décadas.


Por Andrés Panes.

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