jueves, 1 de junio de 2017

25 AÑOS SIN ESKORBUTO

Los dos fundadores de la banda fallecieron por las drogas en 1992, poniendo fin a la trayectoria triunfal de Eskorbuto.

El 31 de mayo de 1992 la música punk perdió a uno de los grandes. Fue el adiós de un ídolo y el principio del fin de Eskorbuto, la legendaria banda santurtziarra que triunfó en todo el planeta en la década de los 80 y cuyo éxito y leyenda es comparable a la de otros iconos internacionales como los Sex Pistols o The Clash. Este miércoles se cumplieron 25 años del fallecimiento de Iosu Expósito, uno de los fundadores del emblemático grupo vasco junto a Juanma Suárez, quien murió meses después, en octubre de aquel fatídico año, al igual que su compañero de grupo, a causa de la droga.

Los dos célebres músicos fueron protagonistas, junto a Paco Galán –el tercero en discordia, que se unió al grupo dos años después de su creación–, de la época dorada del rock radical vasco. Sus letras fueron altavoz de mensajes revolucionarios y del inconformismo social del momento. Temas como 'Mucha policía, poca diversión' o 'Mi degeneración' marcaron una época y perviven en la memoria de los fans de la banda, y no sólo en quienes hoy peinan canas. La música de Eskorbuto forma parte del repertorio musical de muchos jóvenes.

Aquel hito musical, sin embargo, se descalabró –como ha ocurrido en el caso de otras estrellas de la música reconvertidas en mito después de muertos–, por su adicción a la heroína. Amigos como el líder de Zarama, Roberto Moso, quien les propuso el nombre de Eskorbuto, sospechan que de no morir, su mito no se hubiera magnificado tanto. «Eso nunca se puede saber, pero sabido es: 'Líbrate del día de las alabanzas'». De la misma opinión es Roberto Ortega, periodista y escritor bilbaíno, que ha publicado varios libros y cómics sobre el grupo. «Los muertos no defraudan, al menos desde el momento en que mueren. Fueron un grupo rompedor en su época, aunque quizás no estuvieron valorados lo suficiente. De lo que no hay duda es que fueron un revulsivo tonificante casi sin comparación. Todo lo que rodea a Eskorbuto tiene un aura mística, incluso lo malo. Esto quizá más todavía», señala.

Ambos trataron de apartar a la droga de sus vidas, pero ésta hizo mella, con consecuencias letales. Expósito, de hecho, grabó un vídeo un año antes de su muerte desaconsejando introducirse en el mundo de la drogadicción. Un año después murió en el Hospital de Cruces a consecuencia del sida. La huella de Eskorbuto, sin embargo, sigue viva. Sus letras perviven en la memoria de miles de admiradores como parte de una historia musical imposible de borrar. «Lo mejor de ellos es que nunca trataron de parecer lo que no eran. Y eran geniales», recuerda Moso.


Homenaje pendiente


Según relata el también cantante santurtziarra, la chispa de cada nuevo tema era siempre «una obsesión» para Expósito. «Te encontrabas un día con Iosu y te pasaba una resobada hoja de cuaderno con unas notas garabateadas, incapaz de encontrarles sentido. Después llegaba el aluvión de entusiastas explicaciones». Lo de Juanma, asegura, era más «cinematográfico». A él le interesaban más los misterios, las visiones tenebrosas, el vértigo ante lo desconocido. «Esa combinación de sensibilidades, ese amor-odio constante, esa pura esquizofrenia les acompañó siempre y alcanzaba su punto de ebullición en sus actuaciones».

Esa música, llena de rabia y protesta social, traspasó fronteras. En los últimos años, es habitual que fans de la banda pasen por el cementerio de Kabiezes para visitar las tumbas de Iosu y Juanma. Desde la Asociación Cultural Musical Serantes, que aglutina catorce formaciones musicales de Santurtzi, consideran que el municipio no ha reconocido como debe a la banda y «quizás, no han recibido el homenaje que de verdad merecen». «Fueron una banda visionaria para su época, queridos por unos y odiados al mismo tiempo por otros muchos, reivindicativos como nadie y sin lugar a duda, una de las bandas más influyentes del punk en España. A veces, te cuesta creer que gente de otras provincias vengan a visitar la tumba de Iosu o que las demandas de parte de los habitantes de Santurtzi, tras años pidiendo una calle como reconocimiento a Eskorbuto, no sean satisfechas».


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