domingo, 16 de julio de 2017

DANZIG - BLACK LADEN CROW

Once discos como solistas son los que ya lleva acumulados Glenn Danzig, el oscuro músico estadounidense, otrora miembro de los influyentes Misfits. El último de ellos, “Black Laden Crown”, que llega tras siete años de silencio discográfico con composiciones originales (en 2015, lanzó el álbum de covers “Skeletons”). Y entremedio, vale mencionar, una reunión con su vieja banda.

Para los que fueron impactados por la energía cruda de “Deth Red Sabaoth” en 2010, la pregunta era cuál sería el nuevo enfoque que Danzig llevaría a cabo. Y la verdad es que en este disco no pretende arriesgar ni demostrar nada nuevo. No lo necesita. Sus nuevas canciones son lentas, densas y oscuras, y donde su briosa voz destaca por encima de todo. Lo de costumbre.

El ambiente doom del disco se puede imaginar viendo el nombre de las canciones: ‘The Witching Hour’, ‘But, a Nightmare’, ‘Blackness Down’. El sonido Danzig es omnipresente y consistente, pero los que buscan clásicos, este no es el disco. El álbum inicia con una procesión musical, con el tema que da el título a este material, donde Danzig con su inquietante voz de gama media, va uniendo los elementos, los instrumentos, como una grapa punzante. Dejando la cicatriz. ‘Eyes Ripping Fire’ nos arroja un sonido filoso, muy stoner, donde también prima la ensombrecida producción vocal de Glenn, casi cubriendo los riffs de guitarra. ‘Devil on hwy 9’ es un tema típico, impregnado de horror punk, no por nada fue escogido como single de presentación.

Para cuando suena ‘Last Ride’, uno retrocede en los años. Es, quizás, la mejor canción de esta nueva producción, donde rompe su garganta, y una densa niebla de riffs pastosos y sofocantes cubre los sentidos. Danzig expone un sonido clásico, con la lenta cadencia que hizo de ‘Mother’ un himno potente. Y se queda ahí, sin explotar, manteniendo la tensión. Solo la guitarra de Tommy Victor se desrropa en fade out hasta desaparecer. Para cuando el disco empieza a ponerse monótono –tiene una pésima producción, hay que decirlo- , aparecen dos buenas canciones hacia el final. ‘Skulls Daisies’, con un riff desértico y de matices del southern rock; y ‘Blackness Falls’, con un susurro que va adquiriendo emoción a medida que avanza para acabar en un solo de guitarra.

Pesadez y contundencia. Es imposible no rendirse ante la fuerza de la voz matizada del viejo Danzig. De barítono y tenor. Casi tan sensual como Jim Morrison y casi tan carismática y misteriosa –a la vez- como Johnny Cash, aunque luzca cansada y desgastada por el inevitable óxido de los años de rocanrol. Por lo mismo, “Black Laden Crown” no es un álbum para descubrir y engancharse al siniestro mundo de Danzig, para eso están los loables “Danzig” y “Danzig III: How the Gods Kill” (con celebraciones por sus 25 años de por medio). Éste es para la gente que ya sabe lo que hay. Para quienes conocen su indeleble influencia en el rock, con su oscuridad, su estética gótica y el maquillaje como un arte performativo. Para quienes esperan su versión tan característica de un blues crudo y metálico, sin pedir nada a cambio.



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