lunes, 22 de enero de 2018

BOB DYLAN - TROUBLE NO MORE

Bob ha pasado por todo y, al hacerlo, ha tenido que soportar a su vez la agotadora e inagotable queja de la fanaticada de turno. Cuando comenzó, los trolls de los tempranos años sesenta -sí, damas y caballeros, siempre han existido- vociferaban que el joven del pelo enmarañado no sabía cantar y menos era capaz de bordar una melodía con la armónica. 

Una vez que la juventud logró prestar atención a su mensaje apocalíptico y de protesta, y le abrazó como propio, Bob, el profeta de la fuerte lluvia que estaba por caer, ya estaba siguiendo el viento hacia nuevos rumbos y sorprendió a todos al enchufar una guitarra eléctrica en su segunda ocasión en el Newport Folk Festival. Pete Seeger, con el paso del tiempo, ha negado rotundamente la versión que lo sitúa como el hombre que quiso cortar los cables con un hacha, horrorizado por la transgresión. Según él, su disgusto fue causado por la mala amplificación. 

“Todas mis canciones son de protesta”, fue la respuesta que en aquellos días Bob solía dar a los cuestionamientos por parte de la prensa, que en masa parecían desconcertados ante esta supuesta traición. Famoso es el grito de “Judas”, expelido por un ser anónimo en el Manchester Free Trade Hall, en 1966 -curiosamente, el mismo lugar donde los Sex Pistols desatarían el punk diez años después, convocados por los Buzzcocks- al cual Bob replicó, enérgico e incólume, ordenando a su banda un colosal “¡toquen putamente fuerte!”. El episodio quedó registrado para la posteridad en el pirata conocido erróneamente como el show de Royal Albert Hall -editado como el cuarto volumen de las Bootleg Series.

En este “Trouble No More”, ya la decimotercera entrega de esta colección, nos enfrentamos al período más polémico de la larga y sinuosa carrera de Bob, su etapa cristiana. Los tres discos que componen este episodio en su discografía, “Slow Train Coming” (1979), “Saved” (1980) y “Shot Of Love” (1981), han pasado injustamente al olvido, y el seguidor casual de la obra del flaco de Duluth les ha embutido en el mismo saco que el resto de su producción de los años ochenta, que dista muchísimo en cuanto a carácter, visión y sonido.

La edición de dos discos compila treinta cortes registrados en vivo durante este período, documentando el ímpetu de la banda, con talentos como Al Kooper, Jim Keltner, Tim Drummond o Carlos Santana -a cargo de los solos en una gran versión de ‘The Groom’s Still Waiting At The Altar’- dando vida a la bella 'Precious Angel', o a la esperanzadora 'Pressing On'. Y aunque algunos cortes se repitan, la reiteración es necesaria para dejar constancia de la voluntad tornadiza de Bob, siempre refinando y torciendo sus composiciones. 

Así contrastan, por ejemplo, dos versiones de la grandiosa ‘Gotta Serve Somebody’ (que de seguro inspiró ‘Yendo de la cama al living’ de Charly), un corte que en estudio se alimenta de la habilidad magnética de Mark Knopfler y su entonces compañero en Dire Straits, Pick Withers, y que acá se ensancha sin pudor. Lo mismo sucede con ‘Solid Rock’, del robusto “Saved”. ‘In The Garden’, otra gema de aquel disco, y uno de los tracks abiertamente gospel de Bob, conmueve con su entrega y carácter litúrgico.

Disponible en la edición de dos discos antes mencionada, en un sampler de 15 canciones en streaming, y en una extensa versión de lujo de ocho CDs, incluyendo ‘Making A Liar Out Of Me’, y un DVD con material audiovisual de 1980, este regalo es ciertamente imperdible para los sedientos de Bob. Pero este lanzamiento no es sólo para los conversos, pues nunca es tarde para abrir la mente y el corazón a este febril capítulo en la historia de un genio. Esto es roca sólida.



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