Ghost es una prueba viviente de lo difícil que resulta, en los tiempos que corren, mantener viva la mitología de una banda. El año pasado, envuelto en problemas legales con ex integrantes, su líder y vocalista se vio obligado a reconocer públicamente su identidad oculta.
Los antiguos Nameless Ghouls le forzaron la mano a Papa Emeritus, conocido hoy en día como Cardinal Copia, quien salió de su semi anonimato admitiendo que su verdadero nombre es Tobias Forge, un secreto a voces entre seguidores acérrimos que nunca había sido desclasificado en voz alta. El detalle no es menor: le quitó un poco de encanto, aminorando su lado fantasioso, pero a cambio lo humanizó. Su cuarto disco, "Prequelle", es el primero que escuchamos sabiendo, por ejemplo, que una de sus motivaciones es cumplir los sueños musicales que alimentó gracias a su hermano mayor, Sebastian, quien falleció antes de que "Opus Eponymous" (2010) se convirtiera en una sensación.
"No olvides morir, no olvides a tu amiga Muerte, y no olvides que morirás", dice Cardinal Copia en 'Pro Memoria', centrada en uno de los tópicos del álbum: el perecimiento y su inevitabilidad. Tal como Damon Albarn, que concibió "Humanz" de Gorillaz como la banda sonora de una fiesta en pleno fin del mundo, Tobias Forge alude al tenso clima social y político del orbe con un disco de carácter apocalíptico, pero no por eso triste o alicaído. Al contrario, Ghost firma en 'Dance Macabre' la más accesible y oreja de sus creaciones, un metal bailable con complejo de música disco. Para no hacer tan obvio su comentario sobre la actualidad, "Prequelle" se centra en un hecho histórico: la pandemia de la peste bubónica, causante de que la población europea se redujera a la mitad en el siglo catorce. De hecho, la intro del disco tiene a un escalofriante coro de niños entonando 'Ring Around the Rosie', una canción infantil de hace siglos que habla sobre la enfermedad.
La muerte negra sigue penando en 'Rats', que habla sobre una energía destructora que se expande sin parar, pero lo hace con el sello de Tobias Forge, es decir, coraza dura e interior blando; llegado el coro, todo es cristalino, ordenado y altamente adhesivo. Es la tónica de Ghost desde el día uno, ahora llevada al extremo. "Prequelle" tiene voces tenebrosas y guitarras agresivas, y sin embargo, en 'See the Light', Cardinal Copia hace recordar a Simon Le Bon de Duran Duran más que a cualquier referente metalero. La instrumental 'Miasma' presenta el mismo rasgo, pero todavía más acentuado: parte aludiendo al rock progresivo, contiene una referencia a 'Beat It' de Michael Jackson y remata con un saxo al estilo de la E Street Band. Con "Prequelle", Ghost sigue siendo un desafío para los ortodoxos y un deleite para los melómanos omnívoros.
Por Andrés Panes.
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