"Un amigo me invitó unas cervezas a tomar,
el diálogo de la conversación se tornó interesante
cuando empezamos a ver el comportamiento
de distintas masculinidades del lugar.
Era un oficio, era un trabajo más,
a veces tener que soportar el mal olor
de viejos estupefactos que buscaban
una segunda intención.
Los borrachos patéticos
que las meseras tienen que aguantar,
sólo para solventar su dignidad
o para alimentar a un ser querido
que en casa espera mientras ellas no están.
Algo me empezaba a molestar,
ninguna labor es mínima por su valor
pero tener que aguantar
a unos viejos picantes es de mucha consideración.
Es por eso que hoy he abierto los ojos
y me he puesto a escribir esto,
espero que la próxima vez que vaya a un bar
pueda llevar este manuscrito
y a una bella mesera se lo pueda entregar.
Los borrachos patéticos
que las meseras tienen que aguantar,
sólo para solventar su dignidad
o para alimentar a un ser querido
que en casa espera mientras ellas no están."
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