domingo, 9 de septiembre de 2018

ALICE IN CHAINS - RAINIER FOG

Jerry Cantrell (52) se cansó de vestir su obra bajo el manto de la muerte. Han sido 15 años durísimos y esta reactivación de Alice in Chains forma parte de un vehículo expresivo demasiado necesario para salir adelante. Dentro de esos motores de búsqueda, “Rainier Fog” se diferencia de las entregas del grupo en la era DuVall y construye una certera carta de gratitud hacia su entorno e historia. Un homenaje lejos de las tormentosas composiciones de antaño y sorprendentemente luminoso en perspectiva.

El ritmo arrollador en los riffs de ‘The One You Know’, inspirados en la mirada funky de David Bowie y su hit ‘Fame’, son solo una parte de esta inteligente jugada en la que Alice in Chains visualiza la somatización de la pérdida desde nuevos puntos de interés. La banda sigue despierta en sus roles y da gusto ver cómo resalta William DuVall en ‘Rainier Fog’, track que prosigue con la estela melódica narrada en “Black Gives Ways To Blue” y valida esa química construida junto a Jerry a partir del tramo promocional de su cuadro solista, “Degradation Trip”. Conceptualmente, la canción titular del álbum transita por un emotivo homenaje hacia el circuito clásico de Seattle y los caídos en acción.

Sean Kinney aparece con todo en ‘Red Giant’, el pasaje más denso y angustioso del álbum y su fusión con Mike Inez sigue siendo digna de aplaudir, sobre todo en esta pista, muy remitente al disco homónimo y los últimos apuntes en estudio con Staley; en ‘Fly’, Cantrell aprovecha de proponer un contacto directo con el country expuesto en sus primeros pasos solistas y el ejercicio no suena para nada forzado, tampoco fallan los guiños bluseros de ‘Drone’ y todos lucen en plena forma. También, es de destacar la aparición de Chris DeGarmo (Queensrÿche) y sus diálogos acústicos, otro amigo de los viejos años en que Alice in Chains observaba con mayor cercanía a Pantera y Skid Row que a Nirvana.

Llegamos a ‘Maybe’ y no es fácil sacar de nuestra mente una postal AOR del tipo Kansas en la partida. No son pocos los guiños clásicos encontrados en esta decena de canciones, pero el equilibrio llega en ‘So Far Under’, oscura composición diseñada por un empoderado DuVall, también a cargo del solo de guitarra; ‘Never Fade’ ve a Cantrell comodísimo alternando voces con la más reciente adición al grupo. Son las cosas que suceden cuando se deja fluir la química. Jerry ha vuelto a disfrutar el presente. Y vaya que lo merece.


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