Por los tiempos que vivimos, se entiende que exista tal nivel de expectación por cualquier nueva publicación de Neil Young. Más aún, su colección de archivos ha llamado la atención de muchos, y cada nuevo capítulo es recibido con los brazos abiertos. Pero más allá de cualquier predicción, el arribo de “A Treasure” está lejos de calzar en cualquier esquema. Esto que estamos recibiendo es una auténtica rareza.
Antes de sobreexcitarse simplemente porque sí, bien vale detenerse brevemente antes de adentrarse en este nuevo disco en vivo: este es un Neil Young que la gran mayoría desconoce, que acarrea un alto riesgo implícito. A mediados de los ochenta, en parte por falta de inspiración y en parte por su hastío de la industria de la cual ya no se quería sentir parte, el canadiense buscó refugio en la música country.
Más que un nuevo lanzamiento que rememora días gloriosos, “A Treasure” viene a hacer las de testimonio de un hombre perdido, desencantado, y solitario como nunca. Un tipo que pasó de llenar anfiteatros y estadios a tocar en ferias costumbristas, porque en ningún otro espacio se sentía cómodo. Young envejeció de manera muy cool, sí; pero cinco años antes de llevarse de gira a Sonic Youth, en su primer gran saludo a la Generación X, él estaba en esto que suena aquí. Eso es lo que nos quiere recordar.
La prensa lo odió. No todos los fans lo acompañaron. Así es que hoy, el viejo Neil impone una memoria, ahora que todos le están poniendo atención. Hay tanta canción que para la mayoría es desconocida, y eso es por el material que busca rescatar. Está ‘Are You Ready for the Country?’ de “Harvest” y eso sería lo más clásico. Vaya versión que se despacha, que toma la clave sureña y, sin quererlo, termina bluseando con comodidad. Lo mismo ocurre con ‘Soul of a Woman’.
‘Amber Jean’, la ajena ‘It Might Have Been’, y ‘Get Back to the Country’, son indicativos de que, acompañado por los International Harvesters (que incluyen, cómo no, a Ben Keith con su mágico slide), Neil no demoró mucho en adentrarse en esta especia de nuevo mundo. Es más, se da el trabajo de adaptar dos cortes, ‘Motor City’ y ‘Southern Pacific’ (originalmente, ‘Mo-Tor Ci-Ty’ y ‘South-ern Pac-i-fic’) de “Re-Ac-Tor”. Aunque ese es un disco que el auditor casual no escuchó, por lo que de todos modos sus nuevas versiones sonarán frescas y, en especial la segunda, muy interesantes.
Se percibe que en momentos como ‘Bound for Glory’, o la sorprendente ‘Flying On the Ground is Wrong’, permea “el otro” Neil Young, aquel enigmático personaje de los setenta. Su guitarra sigue viva, pese a que aquí no busque hacer llover. Tanto en su approach al country como en cuánto logra representar su propia personalidad musical, “A Treasure” es mucho más Neil Young que “Old Ways”, aquel agrio recuerdo country de 1985.
Hoy es muy fácil llenar a Young de palmetazos en la espalda y alabar su nuevo álbum. Más vivo que cualquiera, el veterano se aprovecha de éste y nos enrostra que más allá de lo que sus discos (saboteados por él mismo) indicaban en los ochenta, su llama nunca se apagó al momento de subir a un escenario. No queda más que darle la razón. Finalmente, “A Treasure” es Neil Young versionando aquel viejo refrán que dice “el que ríe al último, ríe mejor”. ¿Están listos para el country?
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