NEIGHBORHOODS

Por favor, no nos excedamos. Han pasado 8 años desde que Blink 182 lanzara ese extraño álbum homónimo. Digo extraño porque, concientes de lo meticulosas y armadas que son las jugadas de Mark Hoppus, Tom Delonge y Travis Barker, encontrarse con una colección tan minúscula en términos de inmediatez fue una baja ostensible.

Colmados de experiencias intensas durante el hiato acordado (díganselo a Barker que casi pasa a mejor vida), Blink deja claro su clásico ímpetu de ir adelante pero en “Neighborhoods” es demasiado latente el eco de los alter egos. La marca más involucrada es ‘Angel & Airwaves’, porque desde el primer bocado (‘Ghost On The Dancefloor’) yace palpable el dramatismo y fuentes melódicas del exitoso proyecto de Tom Delonge que canalizó en estudio su pleitesía hacia Depeche Mode y The Cure.

Entendámoslo también. ¿Cómo mierda escribir algo alegre y ganchero con todo lo acontecido en un año tan irrisoriamente negativo como el 2008? También, tenemos la muerte de Jerry Finn, productor de la banda desde “Enema Of The State”. Para allá va “Neighborhoods”: un congruente puente entre todas las aspiraciones e inquietudes artísticas de todos los miembros, visualizadas en este trabajo con fuerte aroma introspectivo.

Hay mucho trabajo de guitarras y secuencias electrónicas. La escasez de la energía y adrenalina de entregas como ‘Dude Ranch’ se presenta como un mero recuerdo. Igual, se encuentran ejercicios amigables y gancheros como ‘After Midnight’, delicia garantizada para ese seguidor romanticón que mira al pasado. Creo que ahí habló fuerte Mark Hoppus pero en la sumatoria final el verdadero dueño de este set es Delonge.

Claro como el agua. Solo se necesita de unos minutos de ‘This Is Home’, ‘Love Is Dangerous’ y ‘Snake Charmer’ para integrarnos en esta tierra de nadie en la que Blink 182 pretende meter a los millones de enamorados con su cocktail de vistoso pop punk de estadios y juntarlo con un público más “indie” (detesto ese término pero para este caso me calza). Sabemos que Delonge luego de conocer a Robert Smith amplificó por cien su devoción con el frontman de The Cure pero esta tributación escrita en la mayoría de “Neighborhoods” es un exceso, porque hipoteca toda la cuenta de ahorro en niveles de aceptación de una y sin anestesia.

Respetable pero demasiado arriesgado lo de Blink 182. Primero, porque este retorno a las pistas no le llega ni a los talones a los mejores intentos de ‘+44’ y ‘Angel & Airwaves’. Hay puntos bien aceptables y atractivos pero “Neighborhoods” cae bajo, simplemente, porque escapa del propósito primario que puso al trío californiano en la cima: levantar el espíritu.

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