Primarios, reincidentes o reiterantes... la cárcel es insegura, genera inseguridad, no da seguridad, agrava el problema de la inseguridad, produce violencia, reproduce maldad y multiplica el problema que supuestamente debe erradicar de las calles y de las cárceles, valga la paradoja.
"Rejas, suspiros y llaves", co-producido por Ezequiel Altamirano (Ojota con Medias) y Maximiliano Postay* (Espacio LTF), film que contiene un original alegato abolicionista que simplemente, estaba haciendo falta. Ese es un mérito, uno más, de esta genial iniciativa, que seguramente constituirá un aporte sustancial para poner en crisis los paradigmas hegemónicos, las gramáticas y prácticas punitivas, las pretendidas soluciones que brinda el secuestro institucional de miles de seres humanos.
Próximo a estrenarse, el largometraje cuenta con las participaciones especiales de: Mario Juliano, Iñaki Anitua, Gastón Bosio, Azucena Racosta, Karina Germano "La Galle", Cacho Rodríguez, Oscar Castelnovo, el propio Postay y Sebastián Carrera y el resto del elenco del "Grupo Amplio Salvatablas". Objetivo: Instalar el debate acerca de lo dañinas que han sido las cárceles a lo largo de su historia y las ventajas de militar activamente por su desaparición.
Los que conocen las condiciones del encierro, jamás deberían pedir encierro para el violento. Más bien deberían morir de miedo de encerrar a alguien. Además, como si esto fuera poco y no suficiente, la "educación" y el aprendizaje que se adquiere en las cárceles no es virtuoso ni medio eficaz para bajar la inseguridad ni la inequidad. Aunque no importen las personas que se encierran y solo importen los que, por el momento, quedan afuera, deberían preocuparse de que, a la gente que se encierre se le den otras herramientas que la violencia, para la solución de su problemática interna y externa.
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