Días de protestas en Chile por el 40 aniversario del golpe de estado del 11 de Septiembre de 1973. Tras cuatro décadas las heridas aún siguen abiertas. Un informe publicado en 2004 atribuyó a Pinochet unos 28 mil presos políticos, la mayoría en cárceles secretas del régimen.
Con cierre de calles, bombas molotov, piedras, consignas y pancartas manifestantes recordaron la madrugada del miércoles el 40º Aniversario del golpe militar en Chile.
Encabezado por el general Augusto Pinochet, las Fuerzas Armadas tomaron el poder y derrocaron al presidente socialista Salvador Allende, quien se suicidó en el Palacio de La Moneda.
El Ministro del Interior, Andrés Chadwick, hizo un balance de los incidentes y dijo que la conmemoración fue más tranquila que en años anteriores, reportó el diario La Tercera en su página digital. "Tuvimos durante la noche distintos tipos de violencia, pero que comparativamente con actos de violencia en conmemoraciones anteriores, en relación por ejemplo al Día del Joven Combatiente, ésta la podemos calificar como actos de violencia menores", apuntó.
Arrestos
The Associated Press reportó que agentes de Carabineros (policía uniformada) arrestó a 13 personas y que uno de sus oficiales fue herido durante enfrentamientos en Santiago.
Durante el golpe de Estado del martes 11 de septiembre de 1973 Pinochet ordenó un bombardeo aéreo del Palacio La Moneda, donde se encontraba el presidente.
Allende se suicidó. Su muerte abrió las puertas a la dictadura de Pinochet, secundado por una junta militar de gobierno integrada por los comandantes en jefe de la Armada, la Fuerza Aérea y Carabineros.
La democracia retornó en 1990. El gobierno calcula que 3.095 personas fueron asesinadas bajo la dictadura y unas 1,200 personas fueron desaparecidas.
Pinochet nunca fue enjuiciado por violaciones a los derechos humanos.
Niegan torturas
En vísperas del 40º aniversario del golpe, uno de los máximos represores del régimen, Manuel Contreras, exjefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la temida policía política de Pinochet, negó que esa entidad haya torturado o hecho desaparecer a personas.
"En los cuarteles de la DINA nunca se torturó a nadie", dijo Contreras a la cadena CNN desde la prisión militar donde cumple una condena de casi 400 años por sucesivos casos de desaparecidos, ejecutados y torturados por la DINA.
"No se utilizaban (las torturas), no estaban ordenadas, ni dispuestas, ni nadie podía hacerlo", aseguró Contreras. "A los cuarteles a los detenidos se les llevaba por cinco días y se les interrogaban con métodos normales", agregó.
La DINA fue disuelta en 1978 y en su lugar Pinochet creó la Central Nacional de Inteligencia (CNI).
Contreras, quien se reunía a diario con Pinochet cuando estaba al frente de la DINA, negó también la existencia de desaparecidos políticos. "Todos los muertos de la DINA fueron muertos en combate. Yo no di órdenes de hacer desaparecer a nadie. Quien moría en combate iba al Servicio Médico Legal", que luego enterró los cuerpos en fosas comunes en el Cementerio General de Santiago, aseguró.
Secretos de Pinochet
El 11 de marzo de 2005 un ex enfermero del ejército alemán durante la época nazi desenterró uno de los misterios más grandes tejidos en Chile desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Su captura dejó ese año una puerta abierta que amenazó con acabar con un secreto que comprometió el futuro jurídico de Pinochet.
Tras más de 12 meses de investigaciones encabezadas por la Interpol y la colaboración de las policías de Chile y Argentina, agentes especiales detuvieron en Buenos Aires a Paul Schäfer, de 83 años, veterano del ejército alemán y prófugo de la justicia desde hacía más de ocho años.
Schäfer huyó cuando los tribunales chilenos ordenaron su detención en 1997 por una ola de denuncias de abusos sexuales a al menos 11 niños cometidos en su propiedad, una estancia que él mismo construyó junto a otros refugiados de la Alemania nazi que huyeron de Europa en 1945.
La huella de Schäfer
El enfermero vivió oculto en Brasil y Argentina durante una década, hasta que en 1961 llegó a Chile y se estableció en una zona montañosa localizada 350 kilómetros al sur de Santiago, donde fundó la comunidad alemana conocida como Colonia Dignidad (a los pies de la Cordillera de Los Andes).
A principios de la década de los '80 surgieron noticias de niños que, luego de asistir a la escuela que funciona en la comunidad, no volvieron a ser vistos por sus padres.
Varios miembros de Colonia Dignidad también fueron acusados de colaborar con las torturas a prisioneros políticos durante la dictadura de Pinochet.
El caso Álvaro Vallejos
Schäfer también fue procesado por la desaparición de Álvaro Vallejos Villagrán, miembro del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) detenido el 20 de mayo de 1974 por agentes secretos del régimen de Pinochet.
Tras su reclusión en cárceles clandestinas conocidas como "Londres 38" y "Cuatro Álamos", en Santiago bajo el mando de la DINA, Vallejos fue llevado a las instalaciones de Colonia Dignidad, según reveló en una confesión el ex agente de esa entidad, Samuel Fuenzalida.
En ese recinto se perdió el rastro de Vallejos. Los informes revelan que fue entre julio y agosto de 1974, y su nombre figura entre los más de 3 mil muertos y desaparecidos que dejó la dictadura militar chilena (1973-1989).
Segundo caso
Otro cargo que se le imputó a Schäfer fue la desaparición del profesor estadounidense de origen ruso Boris Weisfeiler, ocurrida en 1985.
Weisfeiler tenía 43 años cuando desapareció en enero de 1985 mientras practicaba turismo de aventura en una zona próxima a Colonia Dignidad, un inexpugnable recinto de más de 13 mil hectáreas propiedad de Schäfer.
Investigaciones posteriores indican que Weisfeiler fue llevado a ese lugar por una patrulla militar que vigilaba una zona montañosa cercana a la frontera con Argentina, bajo la sospecha de que era un espía.
Su hermana aseguró que dos años después, en 1987, algunos testigos vieron con vida al científico en el interior de la Colonia Dignidad.
El legado del dictador
A finales de noviembre de 2004 el gobierno de Chile divulgó un informe de unas 1,200 páginas en el que mostró los excesos cometidos durante el régimen militar de Pinochet.
El documento explicó que más allá de encarcelar a sus opositores, en las prisiones muchos fueron víctimas de flagelo y violaciones.
También indicó que en algunos casos "hasta fueron obligados a tener relaciones sexuales con perros amaestrados" de los servicios secretos, y que en Colonia Dignidad funcionaba uno de estos centros de tortura.
El informe acreditó la aplicación de tormentos a 28 mil presos políticos, la mayoría hombres de entre 21 y 30 años de edad e incluye cerca de 35 mil testimonios, de los cuales 28 mil fueron considerados válidos, acreditándose que las personas entrevistadas sufrieron abusos de parte de los aparatos represivos del régimen de Pinochet.
Aseguró además que la propiedad de Schäfer fue usada por la DINA para detener, secuestrar, torturar y asesinar a prisioneros políticos.
Relato de testigos
"Numerosos declarantes ante esta Comisión dijeron haber estado en Colonia Dignidad entre los años 1974 y 1975", dice el documento. "Indicaron haber sido trasladados hasta ese lugar engrillados, vendados y esposados. Algunos testigos dijeron que fueron llevados inmediatamente después de ser detenidos. Otros señalaron que provenían de variados centros de reclusión" diseminados por el país.
El informe también revela que Colonia Dignidad contaba con salas de tortura dotadas con instalaciones técnicas que permitían analizar, revisar y comparar las declaraciones de los detenidos.
"Algunos de los testimonios relataron que existía un centro de torturas en un lugar subterráneo especialmente equipado para ello y con pequeñas celdas a prueba de ruidos, herméticamente cerradas. En estas celdas se efectuaban interrogatorios a través de un equipo electrónico con parlantes y micrófonos, mientras los detenidos permanecían desnudos y atados a rejillas metálicas y se les aplicaba corriente eléctrica", añade.
Testimonios horrorosos
Los testimonios que se presentaron ante la Comisión "denunciaron que mientras eran torturados encendían unos grandes ventiladores durante horas, que producían un ruido ensordecedor y aire muy helado y fuerte. Afirman que también participaban en las torturas personas con acento extranjero".
El informe precisó que un número importante de personas denunciaron tocamientos, introducción de objetos en ano y vagina, violación en todas sus variantes (oral, vaginal, anal), violaciones reiteradas y colectivas, y haber sido forzados a desarrollar actividades sexuales con otro detenido o un familiar.
El gobierno chileno dijo que se registran también casos en los que las víctimas refieren haber sufrido la introducción de ratas, arañas u otros insectos en boca, ano o vagina, y constan testimonios de personas forzadas a tener sexo con perros especialmente adiestrados para este cometido.
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