El sistema capitalista, así como sistemas anteriores, ha usado desde siempre la “educación” para sus propios fines. El sistema de enseñanza, sea público o privado; religioso o laico ha sido siempre una herramienta más en el adoctrinamiento de el proletariado, destinada únicamente a su propio beneficio.
No vamos a defender una educación alienante que destruye cualquier atisbo de creatividad y lo aprovecha para sus intereses de producción de mercancías, explotando las habilidades físicas o intelectuales al servicio de la cadena de montaje capitalista y formando mano de obra lo más productiva posible.
No vamos a defender la “educación pública de calidad”, cuya misión es convertirnos en buenas ciudadanas que no se cuestionen este sistema de muerte, metiéndonos a martillazos su ideología desde bien pequeñas. Una educación que tiene por misión convertirnos en pasivas espectadoras de la historia de este mundo de mierda, destruyendo la conciencia crítica y fomentando la imbecilidad, el pensar lo mínimo posible y esforzarse lo máximo posible en memorizar y aceptar como naturales las relaciones sociales que crea el capitalismo, adoctrinándonos desde el principio de nuestras miserables vidas y haciéndonos interiorizar la competitividad, el pasar por encima de quien sea y dejando claro que la vida humana no es nada comparado con cualquiera de sus mercancías; castigando y reprimiendo, de la forma más clara a la más sutil, cualquier conducta “antisocial” que se salga del redil.
Las dicotomías pública-privada , religiosa-laica no existen más allá de la mente de las funcionarias del sistema. No vamos a defender bajo ningún concepto la religión, pero tampoco se nos ocurriría clamar contra la religión en las escuelas sin combatir la única religión, la monoteísta religión laica del capitalismo, cuyo único dios es la mercancía.
Pública o privada, laica o religiosa, la única educación es la que nos impone este sistema de muerte para sus propios fines.
¿Educación de calidad es encerrar desde la más tierna infancia a niñas en aulas en las que representar los valores del capital lavándoles el cerebro con su ideología mercantil? Pues bien, nosotras también queremos acabar con la educación de calidad.
Queremos aclarar que puesto que nos imponen formarnos para mejor vendernos en el mercado laboral, es necesario luchar contra los recortes que ahogan económicamente a las familias de los proletarios que estudian, exigir mejores becas o al menos que no empeoren las que hay. Aunque es necesario ir mas allá, puesto que si únicamente reclamamos esto solo reclamaremos la posibilidad de ser esclavos mejor formados, algo que de todas formas ahora mismo da igual, pues por mas que nos hayan metido en la cabeza que hay que estudiar una carrera para acceder a mejores puestos de trabajo, la mayoría vamos a engrosar las filas de la cola del paro.
Ni que decir tiene que apoyamos a cualquiera que luche por defender su forma de subsistir y sobrevivir en este sistema, lo que no podemos apoyar es la separación que fomenta el sindicalismo, tanto mayoritario como minoritario, entre sectores laborales, con el único fin de crear cordones sanitarios en los sectores en lucha y aislar al resto del proletariado, en iguales o peores condiciones.
La vieja táctica sindical del “divide y vencerás” se nos impone. Estudiantes, trabajadoras de la enseñanza, de tal o cual empresa o sector, paradas, etc... todos somos el proletariado, todos tenemos los mismos intereses, pero nos sacan a pasear separadas, cada una con sus reivindicaciones particulares, haciendo que nos identifiquemos por las etiquetas que ellos nos han impuesto, nos organizan según nuestro puesto en la producción capitalista.
Aislar al proletariado de esta forma consigue que no nos constituyamos como una sola clase con un mismo interés.
De nada sirve organizarse por sectores laborales o no laborales si hoy eres trabajadora de la enseñanza y mañana puedes estar en el paro, o ser estudiante de derecho para mañana servir copas en un bar. Separándonos de esta forma, el sindicalismo y demás estructuras del capital hacen de primer dique de contención para evitar que nos unamos como una sola clase contra nuestro único enemigo, que no es tal o cual gobierno, tal o cual reforma laboral o de la educación, tal o cual empresaria, sino un sistema que nos roba la vida y que nos impide realizarnos como seres humanos.
Es ese aislamiento la misión que cumple el sindicalismo como instrumento represivo al servicio del capitalismo. Si este no funciona, vendrán la policía o el ejercito si es necesario.
Organizarnos de forma autónoma contra las condiciones de vida que nos imponen y salvando los obstáculos que nos ponen en el camino el capital y sus lacayos, luchando por no caer una vez más en las mismas derrotas, de las que parece que no queremos aprender , impulsando la ruptura con todos ellos es la única forma de comenzar una lucha por tomar el control de nuestras vidas, imponiendo nuestras necesidades por encima de las de la economía.
CONTRA LA EDUCACIÓN DEL CAPITAL.
CONTRA EL AISLAMIENTO DEL PROLETARIADO.
CONTRA EL CAPITALISMO, SUS DEFENSORES Y SUS FALSOS CRÍTICOS.
POR LA AUTONOMÍA DEL PROLETARIADO.
POR EL COMUNISMO, POR LA ANARQUÍA.
Vertedero asturiano. Octubre de 2013
luchacoordinada@gmail.com
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