sábado, 18 de enero de 2014

GRUPOS DE PODER A LOS QUE SE ENFRENTA EL PARO DE LOS PORTUARIOS

Desde inicios del 2013 que las movilizaciones en los puertos de Chile vienen al alza. En abril un extenso paro nacional relevó la demanda por lograr 30 minutos de colación que instaló el debate sobre las condiciones en las que operan los trabajadores portuarios. La protesta, además, empoderó a la Unión Portuaria de Chile, organización que el 2010 surgió en la región del Bío Bío, y rápidamente se propagó por el resto del país.

Ahora, los trabajadores nuevamente están movilizados y de no cambiar las condiciones avanzan hacia un paro nacional que podría generar millonarias pérdidas para el sector exportador. Los sindicatos apuntan a los grupos controladores de los puertos, a los que acusan de someterlos a precarias condiciones laborales.Las empresas que los administran no son tantas, y sus dueños poseen apellidos conocidos: Von Appen, Luksic, Matte y Angelini.

La nueva ola de movilizaciones se inició el pasado 23 de diciembre en el Puerto de Angamos, en Mejillones -al igual que el paro de abril-, aunque ahora se desarrolla en medio de un proceso de negociación colectiva, donde los movilizados exigen que se reconozca a los trabajadores eventuales como miembros del sindicato, para que así puedan participar de la negociación. Los trabajadores eventuales no tienen contrato, por lo que no gozan de los derechos a indemnización, cotización en salud, previsión ni vacaciones. Según cifras que maneja la Unión Portuaria, de los 21 mil trabajadores portuarios que hay en el país, el 80% son eventuales.

El paro en Mejillones, que se extiende ya por 16 días, ha estado acompañado de denuncias de persecución policial. La madrugada del 1 de enero el portuario Luis González Fuentes fue encontrado herido de gravedad a la orilla del camino que une Mejillones con el campamento donde se sostiene la huelga. Hasta hoy se mantiene en coma en el hospital de Antofagasta. A pesar que Carabineros señala que se trató de un accidente producto de que el trabajador conducía su moto bajo los efectos del alcohol, los portuarios denuncian que González fue agredido por manos desconocidas. Como prueba, argumentan que el vehículo en el que viajaba no tiene un solo rasguño.

“Tenemos un compañero caído y esa violencia no se dice, no se acusa, no se nombra”, cuenta Richard Orellana, dirigente de los trabajadores. Y suma datos, Néstor Francini, vocero de la Unión Portuaria, fue interceptado por Carabineros mientras viajaba a Mejillones el lunes por la tarde. Fue sometido a control de identidad y alcotest en la carretera y a plena luz del día. El trabajador asegura que el hostigamiento se ha vuelto habitual y que la policía sabe en qué vehículos se movilizan los dirigentes.

Otra negociación colectiva vino a sumar fuerzas a la movilización portuaria. El viernes 3 de enero los trabajadores de San Antonio iniciaron su proceso de huelga legal, en protesta -según indican- a la falta de voluntad política del Gobierno para reunirse con el sector para tratar la demanda de la media hora de colación. La falta de respuesta a estas dos situaciones es lo que hoy tiene a la Unión Portuaria del Norte -que agrupa a los puertos de Iquique, Tocopilla, Antofagasta, Chañaral y Huasco- completamente paralizada en apoyo a ambos puertos, mientras se espera que en las próximas horas se sumen el resto de los trabajadores del país.

Aunque los conflictos de Mejillones y San Antonio presentan particularidades distintas, los portuarios argumentan que están unidos, y que para ellos se trata de la misma lucha.

La empresa Ultraport, que controla el Puerto de Angamos en Mejillones, se ampara en que la Dirección del Trabajo de Antofagasta señaló que trabajadores contratados y eventuales no pueden pertenecer al mismo sindicato. “La empresa se ampara en la supuesta legalidad, que nosotros cuestionamos. A veces se les olvidan los tratados internacionales, la Inspección del Trabajo dice que no nos podemos sindicalizar, ni siquiera lo dice un juez porque antes de llegar a esa instancia nos quisieron quebrar”, señala Richard Orellana, presidente del sindicato de Mejillones.

“La huelga ya va en el día 16 y no nos han llevado ni siquiera a negociar, estamos en estado de alerta. Esta huelga no ha tenido ningún resultado a pesar de la presión de los trabajadores”, argumenta Nelson Francini, vocero de la Unión Portuaria.

Este es uno de los temas que se tocará este jueves, cuando en Santiago se reúnan todos los voceros de la organización con el Gobierno. Según cuentan los trabajadores, se harían presentes en la cita el subsecretario del Interior Rodrigo Ubilla y el ministro del Trabajo Juan Carlos Jobet. “Independiente de la reunión con el gobierno el día jueves, los puertos de Chile hoy día se paralizan”, anunció a El Dínamo el vocero Joan Parra, refiriéndose a la nula respuesta que han tenido hasta ahora las situaciones en Mejillones y San Antonio por parte del gobierno y las empresas.

La reunión del jueves en Santiago no ha sido confirmada por el Gobierno.


Las redes de poder tras los puertos


Ultraport, empresa en conflicto en Mejillones, no solo tiene puertos en el norte del país. La empresa pertenece al holding Ultramar, que contiene también a las navieras Transmares y Ultragas y las portuarias Ultraterra, Depocargo y Sintrans. El consorcio es propiedad del polémico empresario de origen alemán, Sven von Appen.

Julio Von Appen fue un capitán de marina alemán cercano al régimen nazi que fue expulsado del país en 1945, acusado de actividades de sabotaje en medio de la Segunda Guerra Mundial. Sven y su hermano Wolf fueron los herederos del imperio que dejó su padre. El primero se ha hecho conocido por sus polémicas declaraciones. En mayo señaló que los chilenos se volvieron “hambrientos por los beneficios de la economía” y que “sería bueno que gane la izquierda comunista para que haya una crisis y el chileno llegue al nivel que le corresponde y no se vuele”. La familia además es financista de la Fundación Pinochet.

El holding Ultramar tiene presencia en 20 puertos del país, en lugares como Arica, Iquique, Tocopilla, Angamos, Antofagasta, San Antonio, Coronel y Talcahuano. “En Mejillones la bahía completa fue entregada a los Von Appen. Tenemos cinco terminales de las cuales cuatro las administran ellos. Es un monopolio completo. Un trabajador se va de la empresa y tiene que cambiarse de ciudad porque quedan marginados”, cuenta Richard Orellana.

Sin embargo, no son los únicos. Cerca del 90% de los puertos chilenos dependen de 5 grandes grupos económicos: Von Appen (Ultramar), Luksic (SAAM), Urienda (Empresas Navieras), Matte (Puerto Lirquén) y Angelini. Estos nombres se repiten en los puertos, navieras y agencias marítimas.

Por ejemplo, todos tienen presencia en la Región del Bío-Bío. Puerto Lirquén en Concepción, SAAM en San Vicente, Ultramar en Coronel, donde también está la Portuaria Cabro Froward, de Empresas Navieras.

Los últimos en entrar en escena fueron los Matte. En 2011, Puerto Lirquén -perteneciente en un 70% a los Matte y en un 24% a los Angelini- se adjudicó la licitación del Terminal Costanera Espigón de San Antonio. En la zona compite con uno de las terminales más grandes, STI (San Antonio Terminal Internacional), que es operado por SAAM, del grupo Luksic. Esta familia tiene 7 puertos en Chile y otros 4 repartidos entre Ecuador, Estados Unidos y México.

Incluso en 2005, la Asociación de Exportadores de Chile (Asoex) presentó una denuncia a la Fiscalía Nacional Económica en que acusaba a estos grupos de “concertación de precios, abuso de posición dominante, precios abusivos y discriminación arbitraria”. El Tribunal de Defensa de la Libre Competencia resolvió multar a Ultramar y SAAM, entre otros, pero la sentencia fue finalmente revocada por la Corte Suprema. Puedes revisar la sentencia del TDLC aquí.

“Cada puerto tiene características distintas, pero las demandas son las mismas, todos vivimos la misma precariedad. Estos grupos económicos tienen secuestrado el país, de ellos depende toda la economía”, señala Sergio Vargas, otro de los voceros de los trabajadores.

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